Tras el estallido de la crisis de 2008, el empleo industrial tocó suelo en 2014. A pesar de su
recuperación en los años posteriores, en España sigue habiendo 523.000 empleados menos en el
sector, con una caída del 19%. Del mismo modo, la tendencia en el número de empresas sigue la senda descendente con 180.000 compañías industriales menos, según datos extraídos del informe “Industria y Empresa
Familiar, dos pilares fundamentales para la economía española” de la consultora de RR HH Robert Walters. En él se advierte sobre el declive
de la industria al crear solo 3 de cada 100 nuevos
puestos de trabajo desde 2019.
El sector industrial y la empresa familiar son dos pilares fundamentales de
la economía española. Sin embargo, en los últimos años, las trabas
burocráticas y los cambios normativos han incrementado los costes de
producción y costes laborales. Del mismo modo, el escenario geopolítico
ha llevado a muchas de estas compañías a sufrir el aumento de los costes
de transporte, materias primas y energía mermando su productividad y
competitividad.
La industria, pieza clave en la economía
El informe revela que
la industria genera un volumen de negocio de 924.000 millones de euros, 72.000 millones de euros en salarios y 30.885 millones de euros en inversión directa anual. Por otro lado, este sector, representa 278.000 millones de euros en exportaciones, tiene 177.000 empresas repartidas por todo el territorio nacional y el 99% con menos de 250 trabajadores. Solo hay 6.000 empresas industriales con
más de 50 empleados, sin embargo,
ocupan a casi al 55% de los profesionales
del sector. Estos datos subrayan la importancia de las empresas más grandes en el sector industrial, ya que desempeñan un papel significativo en la generación de empleo y la economía en general, pero es fundamental encontrar un equilibrio entre el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y el fomento del crecimiento de las empresas más grandes para mantener la vitalidad de la industria.
A pesar del valor de la industria
para cualquier economía, la
tendencia en el largo plazo es de
declive en España, advierte el informe. El sector industrial hizo suelo en el
primer trimestre 2014. Entre 2008 y 2014 se perdieron 1,05 millones de empleos en el sector y en los 10
años siguientes solo se ha
recuperado el 51% de los puestos
de trabajo. España tiene 523.000 empleados menos trabajando en la industria que hace 16 años cuando estalló la crisis inmobiliaria y financiera a nivel global.
El empleo industrial ha ido perdiendo
importancia en la composición del PIB de España, reduciéndose hasta el 13%. Prácticamente todas las provincias han visto
reducida la importancia de su industria, a excepción de Álava, Soria, Burgos, La Rioja y Palencia.
Empresa familiar
Dentro del sector
industrial, la empresa
familiar representa el 83%
del total de compañías. Hay regiones donde el empleo generado por las empresas familiares representa hasta el 85% del total, como en la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Castilla La Mancha o Galicia. Del mismo modo, la economía de las Comunidades Autónomas está sustentada por estas compañías siendo Galicia, Extremadura y Murcia, las regiones donde mayor peso tiene, según el estudio.
“La industria es una pieza clave para garantizar la distribución de la riqueza y la generación de oportunidades
en todas las regiones. Sin embargo, las compañías se han visto seriamente afectadas por la
subida de los tipos de interés, precio de la energía, materias primas y transporte, habiendo creado
solo 55.000 empleos desde 2019. Es imprescindible generar un entorno, en la medida que se
pueda, que favorezca la inversión, desarrollo y crecimiento de las industrias para solucionar
múltiples problemas que asolan a la economía española y cuya piedra angular es la falta de
oportunidades fuera de las grandes ciudades. Se debe fomentar la transformación de pequeñas
industrias en compañías más competitivas y productivas”, señala Guillermo Julio Sáez, responsable de talento, estudios de mercado y compensación de Robert Walters.
