Me cae bien Pere Aragonés. Sin conocerlo de nada y siguiendo sus pasos de reojo. Si yo estuviera empadronado en Cataluña, a lo mejor se me iba la mano a su papeleta el día de las elecciones, pese a disentir de casi todo con ERC, en el fondo y en la forma. Podría votarle por compasión personal, motivo que sonará frívolo en esta hora política tan grave, pero vistas las razones que estimulan el voto de otros, no me parece tan malo.