Los postres son un excelente plato para nuestro paladar. Después de una cena, en la merienda o solo por que nos apetece, algo de dulce o salada para poner fin a nuestra comida o aperitivo. Los bizcochos, por ejemplo, puede ser una gran opción. Así, Bea Roque nos trae su libro “Todo sobre los Bundt” (Libros Cúpula) en el que muestra recetas de los más apetecibles, como el Loaf de Mango.
La chef ya afirma en su libra que “te vas a sorprender de lo delicioso que es este loaf”. “Las pulpas de fruta congeladas me parecen supercómodas para hacer postres, tanto fríos como horneados. Además, las tienes a tu disposición todo el año en las tiendas de congelados”.
Ingredientes
200 gramos de azúcar extrafinoCuatro huevos M125 gramos de aceite vegetal250 gramos de harina todo uso1/2 cucharadita de polvo de hornear1/4 de cucharadita de sal200 gramos de pulpa de mango
Preparación
Precalienta el horno a 175 ºC. Engrasa abundantemente un molde loaf de seis tazas con un spray especial desmoldante o mantequilla derretida y extiende bien con una brocha. Déjalo reposar boca abajo sobre un papel de cocina para que escurra. Tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal, y reserva.
Con las varillas y a velocidad alta bate los huevos con el azúcar unos cinco o diez minutos o hasta que hayan espumado, blanqueado y duplicado el volumen. Baja la velocidad e incorpora el aceite lentamente en forma de hilo y bate hasta que se haya emulsionado y se haya integrado totalmente.
Añade la pulpa de mango y bate un par de minutos hasta que no quede ningún grumo. Cambia la varilla por la pala normal y, a velocidad baja, incorpora la mezcla de la harina en tres veces. Termina de mezclar a mano con una espátula.
Vierte esta mezcla en el molde y con una espátula asegúrate de que ha entrado en todas las hendiduras. Golpea suavemente un par de veces sobre un paño doblado en la encimera, para que se distribuya uniformemente la mezcla, y alisa la superficie.
Hornea aproximadamente durante unos treinta y cinco o cuarenta y cinco minutos, o hasta que pincharlo con una brocheta salga totalmente limpia, o que la punta de un termómetro especial para bundts salga totalmente roja.
Sácalo del horno, y déjalo enfriar en el molde sobre una rejilla unos diez minutos. Pasado este tiempo, agita suavemente el molde de lado a lado hasta notar un sonido hueco, prueba de que se ha despegado. Desmóldalo boca abajo y déjalo enfriar por completo sobre una rejilla. Así, decóralo como quieras.
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