Los olivares polvorientos del campo de Andalucía, como los definió Antonio Machado, se han encontrado con un inesperado camino de piedras entre los aceituneros altivos que escribiera el poeta Miguel Hernández. Agricultores de Jaén y de Córdoba han mostrado su oposición a la candidatura del Paisaje del Olivar a Patrimonio Mundial de la Unesco por entender que no se les garantiza el derecho de propiedad de sus olivos.