Los secretos del siglo XVI revelados en la Iglesia de Santorcaz

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El altar de la iglesia de San Torcuato en el que el párroco Miguel Ángel Nieto dio su primera y única eucaristía está ahora cubierto por una lona azul. A la siguiente misa el recinto ya estaba cerrado: el pasado mes de octubre de 2023 comenzaron los trabajos de rehabilitación de las tres naves y del coro del edificio parroquial. El interior de la Iglesia del municipio de Santorcaz –a unos 50 kilómetros al este de la capital– está hoy repleto de andamios, lonas, y su suelo permanece protegido. La restauración de las tres naves y del coro del edificio se ha realizado gracias a un convenio entre la Comunidad de Madrid y la Provincia Eclesiástica de Madrid, con una financiación que estaba prevista en torno al medio millón de euros, pero que aumentará hasta la órbita de los 600.000, según Juan Manuel Vega, arquitecto técnico de la diócesis de Alcalá de Henares. La razón de esta subida es que durante el proceso se han ido descubriendo algunos secretos que han modificado la inversión: en el coro de la iglesia, un falso techo ocultaba una estructura de madera del siglo XVI o XVII que «prácticamente no había sido tocada», en palabras de José Luis González, arquitecto de la diócesis de Alcalá de Henares.

Son las 15:00 horas del viernes 26 de abril: los trabajadores regresan de su pausa para comer y reanudan las labores de rehabilitación. Todos ellos visten los pantalones rojos, la camiseta blanca de manga larga y el casco con la serigrafía de «Aceruno Restauración Inteligente», la empresa constructora de este proyecto. Jairo, desde el tejado de la Iglesia, maneja el maquinillo eléctrico. Abajo, es Gilberto el que se encarga de ir apilando las tejas en una carretilla azul, que luego será enganchada al maquinillo y recogida por su compañero. Todavía tienen trabajo hasta las 18:00 horas, cuando termina su turno, que comenzará de nuevo el lunes a las 8:00. Según González, se espera que para junio esté todo acabado. «El plazo era más corto, pero hemos tenido que reconsiderarlo por los descubrimientos. Con suerte, para esa fecha la gente del pueblo y de la Comunidad podrá venir y verla».

La Iglesia de San Torcuato se encuentra dentro de los límites del Castillo de Torremocha, que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) y está datado entre la segunda mitad del siglo XIII y el último tercio del siglo XIV. González, de 55 años, explica que es «una iglesia históricamente muy importante». «Sabíamos que era muy interesante. Es una iglesia donde había estado el Cardenal Cisneros, ya que estuvo encarcelado cuando el castillo sirvió de prisión». Es también conocida porque allí se ambientó la serie [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/television/muere-jesus-guzman-famosos-cartero-cronicas-pueblo-97-anos_20231017652e384db98ca1000167173c.html|||«Crónicas de un pueblo»]], dirigida por Antonio Mercero y emitida entre 1971 y 1974 –Santorcaz en la ficción se llamaba Puebla Nueva del Rey Sancho.

Continúa González: «Sabíamos de la importancia de las varias armaduras de madera que sucesivamente se habían desarrollado, pero no las conocíamos materialmente. Conocíamos también algunos elementos fuera de su ubicación y restos de armaduras de los siglos XIII, XIV, XV que estaban descontextualizados». Y es que por «diversas intervenciones previas» y algunos «colapsos estructurales» se habían perdido.

Como añadido, se encontraron una desconocida: la estructura de madera del coro de la iglesia, que fue descubierta por los trabajadores de la constructora, que, al quitar el falso techo que la recubría, avisaron rápidamente a los arquitectos al saber que habían encontrado algo diferente.

«La armadura pertenece al siglo XVI o XVII y estaba encima de un falso techo», narra González. Ese falso techo «impedía» ver la armadura. En cuanto a la estructura, no tiene unas características extraordinarias: se trata de una «armadura de par y nudillo con un menado de recuadros». Estas son «muy habituales en la arquitectura de la época y de esta zona. Es una forma de cerrar espacios tanto hacia dentro como hacia fuera», según González. Lo llamativo es la forma en que la hallaron: «Lo que no es tan habitual es encontrársela es un estado como este: una armadura que prácticamente no ha sido tocada porque no quisieron recomponerla. Y vamos a poder recuperar elementos originales que no han sido tocados desde el siglo XVII», afirma el arquitecto encima del andamio ubicado en el coro. La armadura estaba «muy deteriorada»: y es precisamente esa razón por la que «probablemente no la tocaron y decidieron poner un falso techo», dice González, quien considera que ha sido vital para el proceso de recuperación que haber podido «identificar todas y cada una de sus partes».

Además del coro, que su restauración surgió en mitad del proceso, se están rehabilitando las naves central –donde había policromados preservados desde hace siglos– y lateral de la iglesia. De hecho, los trabajos se inician porque había un problema de cubiertas en general y existía riesgo de goteras y de desprendimientos de material hacia el interior. Una vez cerrado el acceso al público, comenzaron los trabajos conjuntos con los historiadores para documentar y tratarme de «componer la lectura histórica y arquitectónica del edificio», como explica González.

En referencia a reconstruir esa historia del lugar, explica González, una de las cosas «más complicadas de hacer ahora». Se trata detectar los elementos mudéjares de la Iglesia y los que no lo son. «Tenemos que compatibilizar en un único proyecto la iglesia mudéjar, la del siglo XV, la del XVI y XVII y la actual, porque también hay intervenciones actuales», detalla.

La historiadora de la diócesis de Alcalá de Henares Trinidad Yunquera, de 65 años, cuenta que «es normal que se encuentren en cualquier edificio una diferencia de estilos arquitectónicos». Y hace un repaso la iglesia en cuestión: «Los Mendoza construyeron el castillo de Torremocha, que es el entorno amurallado donde está la iglesia. La iglesia se construye para los vecinos, pero está dentro de una muralla. Esta muralla se construye en época árabe. Vienen aquí los Mendoza, en torno al siglo XV, tras la Reconquista y hacen el entorno del palacio, atraen población y crean el primer tramo de la iglesia, que sería el más mudéjar. Luego, en el siglo XVI, se asienta y crece la población y hay una ampliación de la iglesia. Y en el siglo XVII se hace la ampliación a la nave central que es de época barroca»

Yunquera explica que los Mendoza, la noble familia castellana que tuvo un papel importante en la Reconquista, no derribó los aspectos mudéjares. «Los que sabían construir bien el ladrillo en esa época eran los árabes. El reino castellano de la época nunca derribó nada de la tradición de influencia árabe, sino que lo ayudaron, lo consideraron y a veces a lo mejor lo taparon, pero siempre con esa característica de mantener el bien hacer de los mudéjares.»

Miguel Ángel Nieto, de 52 años, era el párroco del pueblo de al lado, Anchuelo. El anterior párroco de Santorcaz se fue de misión a África, y entonces llamaron a Nieto, que toma posesión el día 20 de septiembre, día en que da su primera y única eucaristía, porque al siguiente domingo la iglesia ya estaba siendo recogida para que empezaran las obras. Ahora, Nieto cuenta que tiene «muchas ganas» de empezar en el templo con sus «feligreses».

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