Luis XIV y Sánchez: «El Estado soy yo»

Luis XIV y Sánchez:  «El Estado soy yo»

Tras sus giras por África y Europa, cual embajador extraordinario y plenipotenciario del pueblo palestino, para lo cual no consta haya sido designado, sin perjuicio de ser felicitado por la organización terrorista Hamás, Sánchez ha regresado a España. De la primera gira, casi aterrizó directamente en el Valle de los Caídos para posar ante una colección de calaveras y otros restos de víctimas de la Guerra Civil, en una imagen incalificable para utilizarlos en su incansable campaña por levantar muros y trincheras entre los españoles.

De la segunda gira, ha regresado al Congreso para explicar porqué quiere ser el mesías del pueblo palestino liderando a nivel internacional su reconocimiento como Estado. Lo que resulta increíble es que esté pretendiendo convertirse en el salvador de una causa para la que nadie le ha llamado, paseándose en su querido Falcon por el mundo, mientras en España ni siquiera ha contactado con el líder de la oposición para –en cualquier caso– poder considerar esa iniciativa como una política de Estado. Es algo tan impresentable como lo que hizo en relación a la posición de España respecto al Sahara y que se permitió modificar –por sí y ante sí– mediante una carta suya al rey de Marruecos, conocida por haberla hecho pública el propio Mohamed VI. Una actuación así era común en las Monarquías absolutas, preexistentes a la revolución francesa, cuando las teorías de Montesquieu sobre la división de poderes todavía no existían. Los monarcas de entonces eran los titulares de la soberanía nacional y concentraban en su regia persona, la titularidad del poder ejecutivo, legislativo y judicial.

Esa realidad, le permitiría proclamar según la historiografía –apócrifa o no– a Luis XIV, apodado como el «Rey Sol», que «l’Etat c’est moi», «El Estado soy yo»– con total fundamento de causa. Pero no consta que la «forma de Estado» de España, sea una monarquía «absolutista» ni que Sánchez sea el titular de la misma, para actuar cual si lo fuera. Por lo demás, resulta evidente que este proceder tiene como finalidad poner tierra por medio y cortinas de humo, con las polémicas que le rodean respecto a la «Koldosfera» ya virtual «Sánchesfera» al contar ya con su entonces «mano derecha» en el gobierno y el PSOE, con la actual tercera autoridad del Estado, varios ministros, su candidato en Cataluña, y por si fuera poco todo ello, la presunta participación de su mujer en un eventual conflicto de intereses, lo que nunca había sido objeto de debate en España. Y añadan a todo eso, la amnistía, Puigdemont, y las elecciones vascas y catalanas. Y acusa de «desleal» a la oposición.

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