Manos Limpias ha salido al paso de las críticas de Pedro Sánchez al colectivo de funcionarios por la denuncia contra su mujer, Begoña Gómez, por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, por la que un juez de Madrid abrió ayer diligencias de investigación. En un comunicado, su secretario general, Miguel Bernad, califica de “inaceptable” la reacción del presidente del Gobierno y niega que su actuación, como mantiene el líder del PSOE, forme parte de una campaña de la ultraderecha contra él.
El colectivo denunciante explica que tuvo conocimiento “a través de varios diarios digitales” de una serie de informaciones sobre “presuntas irregularidades, que pudieran ser presuntamente delictivas, en el comportamiento de la esposa del presidente del Gobierno”.
“Tras observar que la Fiscalía no actuaba de oficio, pese a que las referidas noticias llevaban semanas publicándose”, afirma Bernad, “procedí a poner en conocimiento del juzgado competente dichas informaciones”. Lo hizo, asegura, al amparo del artículo 259 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) -que establece que quien “presenciare la perpetración de cualquier delito público está obligado a ponerlo inmediatamente en conocimiento del juez de instrucción”- y procedió a denunciar los hechos con el objetivo de que el juez “abriera diligencias y comprobara la veracidad” o no de esas informaciones periodísticas. “Hemos ejercido con ello un derecho y un deber ciudadano”, subraya.
Bernad defiende la actuación del colectivo de funcionarios: “No ha habido en el actuar de Manos Limpias el más mínimo acto falsario, pues como bien han dicho quienes nos han criticado, basé la denuncia que se presentó en dichas informaciones periodísticas, y solo en las mismas”.
Será ahora el juez instructor, hace hincapié, “quien deberá comprobar si dichas informaciones periodísticas son ciertas o no”. Y si no lo son, señala, “serán quienes las publicaron quienes deberán asumir la falsedad”. Si, por el contrario, no son inciertas -añade-, “entendemos que la causa judicial deberá proseguir”.
“Insulta a este sindicato”
Para el colectivo de funcionarios, la reacción de Sánchez es “de todo punto inaceptable” puesto que “en vez de dar las pertinentes explicaciones acerca de si las informaciones sobre su mujer son ciertas o no”, el presidente del Gobierno “ha procedido como respuesta a insultar a este sindicato por haber ejercido un derecho constitucional, diciendo que somos una “organización ultraderechista” o dando a entender que formamos parte de una campaña derechista contra él, lo cual es falso”.
Manos Limpias se queja también de que “la prensa progubernamental se ha dedicado a insultarme, olvidando que fui absuelto por parte del Tribunal Supremo, y de que ni la Audiencia Nacional afirmó que yo me llevara ni un céntimo de euro de actividad ilícita alguna”. Bernad se refiere a la condena de cuatro años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional por extorsionar a bancos y empresas con denuncias judiciales del sindicato, que anuló el pasado marzo el Tribunal Supremo, que le absolvió.
“Dichas informaciones difamatorias sobre mi persona y Manos Limpias sí son falsas -se defiende- y en algunos casos calumniosas, pues contravienen una sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo ya firme”. “Si se quiere respetar el Estado de derecho se debe empezar por respetar las decisiones de los tribunales, como hacemos en Manos Limpias”, afirma.
En la carta en la que anuncia que abre un periodo de cinco días de reflexión antes de decidir si dimite, Pedro Sánchez arremete contra Manos Limpias y lo encuadra en una “estrategia de acoso y derribo por tierra, mar y aire” para intentar hacerle “desfallecer en lo político y en lo personal”, que atribuye a “una galaxia digital ultraderechista” y al propio colectivo de funcionarios.
El presidente del Gobierno asegura en esa misiva que la denuncia de Manos Limpias “se basa en supuestas informaciones” de lo que denomina “constelación de cabeceras ultraconservadoras” y subraya que “tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas”.
