Medicina regenerativa, un cambio de paradigma para frenar y tratar el envejecimiento desde la dermatología estética

Medicina regenerativa, un cambio de paradigma para frenar y tratar el envejecimiento desde la dermatología estética

En 1992 el doctor Leland Kaiser acuñó por primera vez el término medicina regenerativa. Con él se refería al conjunto de tratamientos y terapias innovadoras y revolucionarias que empleaban células y tejidos del propio paciente para curar ciertas enfermedades. En aquel año era la medicina del futuro, hoy en día se utiliza ampliamente en medicina y se piensa que, además de sanar, puede incrementar la longevidad de los seres humanos. Y esto es algo que hace que esta medicina esté estrechamente relacionada con el rejuvenecimiento. Muy interesante, ¿no creen?

Lo cierto es que este tipo de medicina ha avanzado y lo sigue haciendo a pasos agigantados, por lo que se trabaja con ella en muchas ramas médicas, entre las que se encuentran, por su estrecha relación, la medicina y la dermatología estética. De esta forma, los dermatólogos y médicos estéticos pueden lograr en los pacientes que demanden tratar el envejecimiento promover la regeneración celular, rejuveneciendo cuerpo y rostro de manera natural con muy buenos resultados.

Cuando se habla de medicina regenerativa en dermatología estética se hace referencia a reparar la huella del paso del tiempo, tal y como explica un reconocido dermatólogo, el Dr. Íñigo de Felipe, fundador de la Clínica Dermatológica De Felipe (con centros en Barcelona, Madrid y Londres), «consiste en regenerar y reconstruir lo que el tiempo ha ido deshaciendo a través del material biológico del propio paciente».

Entre el material biológico mencionado, continúa detallando este dermatólogo con más de 30 años de experiencia, se encuentran las conocidas como células madre (tejidos y estructuras del cuerpo humano capaz de regenerarse por sí solas), localizadas fundamentalmente en la grasa más cercana a la piel o hipodermis. Tras la extracción de estas células y su posterior tratamiento, se inyectan en la piel en una zona u otra del cuerpo, dependiendo de lo que se quiera tratar.

Como nos indican el Dr. Íñigo de Felipe y su equipo médico, la medicina regenerativa ofrece una gama de beneficios notables, entre ellos, estimula la producción de colágeno, una proteína esencial para la firmeza y estructura de la piel, lo que resulta en un rejuvenecimiento natural y duradero.

Mediante los tratamientos de medicina regenerativa, es posible, nos dicen, contrarrestar el proceso de formación de arrugas y flacidez que se produce con el paso del tiempo y que a muchas personas les afecta negativamente en su bienestar emocional. A la vez que mejora la elasticidad y la firmeza cutánea, puede, de acuerdo con el diagnóstico y el tratamiento aplicado, mejorar la textura de la piel, reducir la apariencia de arrugas y líneas de expresión e incluso reparar tejidos dañados como en el caso de cicatrices.

Tratamientos basados en la medicina regenerativa

Habiendo visto en qué consiste la medicina regenerativa y sus posibles beneficios aplicados a la dermatología estética, es interesante saber ahora cuáles son los tratamientos que pueden hacerse dependiendo de las necesidades del paciente. El Dr. De Felipe y su equipo nos explican cuáles son los tratamientos más comunes en los que se aplica este revolucionario enfoque de la medicina estética.

Entre los tratamientos destacados se encuentra el lipofilling, que consiste en la extracción y posterior inyección de grasa en diferentes áreas del cuerpo con el fin de mejorar la silueta del paciente. Este injerto de grasa no solo remodela y alisa la piel, sino que también proporciona resultados naturales y duraderos. Al provenir del mismo cuerpo no hay riesgo de rechazo, alergias o intolerancias, nos confirman estos especialistas en medicina regenerativa. Las zonas del cuerpo más tratadas con el lipofilling son el rostro, el cuello, el escote y las manos.

Otro de los tratamientos con buenos resultados es el nanofat, Este, aunque suele usarse como forma preventiva de envejecimiento en pacientes jóvenes, está indicado especialmente para tratar la alopecia. Esta condición que sufren en España alrededor de un 80% de hombres y un 40% de mujeres ya puede beneficiarse de este innovador tratamiento con células madre (separadas de las células de la grasa) que estimula el folículo piloso para alargar los ciclos de crecimiento del pelo y conseguir una mayor densidad y mejor calidad capilar.

Seguidamente, el procedimiento del que nos hablan es el de los exosomas, una terapia que aprovecha el potencial de las células madre jóvenes para revitalizar las células envejecidas. Este tratamiento ofrece una opción prometedora para combatir los signos del envejecimiento y mejorar la salud de la piel de manera integral, ya que favorece la estimulación y regeneración de colágeno y elastina. También se emplea para revertir la caída del cabello.

Tampoco hay que olvidarse, nos comentan, del PRP (plasma rico en plaquetas), que estimula, después de la extracción de factores de crecimiento a partir de la sangre del propio paciente, la producción de colágeno; mejora el aspecto de arrugas, cicatrices y estrías, entre otros. Este se puede aplicar también en el pelo para combatir la alopecia.

Por otra parte, los inductores de colágeno como el ácido poliláctico o la hidroxipatita cálcica, son idóneos para tratar las arrugas y suavizar las líneas finas en el rostro a través de formulaciones que estimulan el colágeno natural del paciente y que pueden utilizarse en cualquier parte del cuerpo en la que se quiera prevenir o revertir el envejecimiento.

Sin duda, estos tratamientos, los cuales se realizan siempre tras un diagnóstico personalizado y por profesionales, tal y como nos remarcan el doctor De Felipe y su equipo, son el mejor indicativo de cómo la medicina regenerativa aplicada a la dermatología está transformando la medicina estética. La medicina regenerativa, repiten, mejora de forma natural y sin efectos secundarios los tejidos para que el paciente logre un aspecto rejuvenecido, saludable y natural, siempre respetando las estructuras y la armonía naturales de los cuerpos de cada paciente.

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