No tome antibióticos si tiene estos síntomas

No tome antibióticos si tiene estos síntomas

El uso excesivo de antibióticos puede provocar mareos, náuseas, diarrea y sarpullido junto con aproximadamente un 4% de posibilidades de sufrir efectos adversos graves, incluida anafilaxia- una reacción alérgica grave que pone en peligro la vida- síndrome de Stevens-Johnson- un trastorno grave y poco común de la piel y las membranas mucosas- y diarrea asociada a la bacteria Clostridioides difficile. Otro problema en el que deriva la “sobreutilización” de estos medicamentos es el aumento la resistencia (RAM), una de las principales causas de muerte a nivel mundial que, según un estudio reciente del Grupo de Líderes Mundiales (GLG) reducirá en casi 2 años la esperanza de vida en 2035. La Organización Mundial de la Salud OMS) emitió una declaración el 4 de abril de 2024 en la que afirmaba: “Se espera que la resistencia antimicrobiana incontrolada [debido al uso excesivo de antibióticos] reduzca la esperanza de vida y genere gastos sanitarios y pérdidas económicas sin precedentes”.

Por ello, las estrategias de uso racional de estos fármacos son clave en los sistemas sanitarios. Aunque se sabe desde hace tiempo que no son útiles para tratar determinados síntomas (como la tos) y tipos de infecciones, un gran estudio prospectivo de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) y otros colaboradores ha confirmado que no son eficaces para la mayoría de las infecciones respiratorias del tracto inferior.

“Las infecciones del tracto respiratorio inferior tienden a tener el potencial de ser más peligrosas, ya que alrededor del 3% al 5% de estos pacientes tienen neumonía. Pero no todo el mundo tiene fácil acceso en una visita inicial a una radiografía, lo que puede ser la razón por la que los médicos todavía administran antibióticos sin ninguna otra evidencia de una infección bacteriana. Además, los pacientes esperan antibióticos para la tos, incluso si no ayudan. Los medicamentos básicos para aliviar los síntomas, más el tiempo, resuelven las infecciones de la mayoría de las personas”, comenta el autor principal del estudio, Dan Merenstein, profesor de medicina familiar e en la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown, según recoge Ep.

Para determinar si había una infección bacteriana o viral real presente, más allá de los síntomas de tos autoinformados, los investigadores confirmaron la presencia de patógenos con pruebas de laboratorio avanzadas para buscar resultados microbiológicos clasificados como solo bacterias, solo virus, tanto virus como bacterias o ningún organismo detectado. Para aquellos con una infección bacteriana confirmada, el tiempo hasta la resolución de la enfermedad fue el mismo para aquellos que recibieron un antibiótico que para aquellos que no lo recibieron: alrededor de 17 días.

Los antibióticos recetados en el estudio, que publica el Journal of General Internal Medicine eran todos apropiados y de uso común para tratar infecciones bacterianas. Pero el análisis de los investigadores mostró que del 29% de las personas que recibieron un antibiótico durante su visita médica inicial, no hubo ningún efecto sobre la duración o la gravedad general de la tos en comparación con aquellos que no recibieron un antibiótico.

Es necesario estudiar más los síntomas graves de la tos y cómo tratarlos adecuadamente, tal vez en un ensayo clínico aleatorizado, ya que este estudio fue observacional y no ha habido ningún ensayo aleatorizado que analice este tema desde aproximadamente 2012″, concluye. “Sabemos que la tos puede ser un indicador de un problema grave. Es el motivo más común relacionado con una enfermedad para una visita de atención ambulatoria, y representa casi 3 millones de visitas ambulatorias y más de 4 millones de visitas al departamento de urgencias al año”, insiste Merenstein.

“Los médicos conocen, pero probablemente sobreestiman, el porcentaje de infecciones del tracto inferior que son bacterianas; También es probable que sobreestimen su capacidad para distinguir las infecciones virales de las bacterianas”, apunta Mark H. Ebell, autor del estudio y profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Georgia (Estados Unidos). “En nuestro análisis, al 29% de las personas se les recetó un antibiótico, mientras que sólo al 7% se les administró un antiviral. Pero la mayoría de los pacientes no necesitan antivirales ya que sólo existen dos virus respiratorios para los que disponemos de medicamentos para tratarlos: la gripe y el SARS-COV-2. No hay ninguno para todos los demás virus”

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