Alzar uno de los principales canales de comunicación del mundo en uno de los países más represivos del planeta, Rusia, tiene mucho mérito. Hacerlo por segunda vez cuando el Kremlin le arrebató su primera empresa, es una anomalía. El emprendedor Pável Dúrov (San Petersburgo, 39 años) fundó la alternativa rusa de Facebook, vKontakte (VK), en 2006, y ocho años después se vio obligado a vender sus acciones por 300 millones de euros bajo el acoso de los servicios de seguridad de Vladímir Putin. En vez de retirarse con 29 años, creó el servicio de mensajería Telegram.