Programa Pegasus de los «amigos» israelíes de Sánchez

Programa Pegasus de los «amigos» israelíes de Sánchez

Es significativo que una reacción del pueblo español -tan dado al sentido del humor y la ironía– ya comience a denominar a los «moscosos» como «begoños». Esa es la denominación coloquial y generalizada, dada a esos permisos –días de libre disposición y retribuidos para los empleados públicos–, establecidos en tiempos de Javier Moscoso, primer ministro de la Presidencia de Felipe González. Siendo Pedro Sánchez un servidor público tan cualificado, su conocida decisión de tomarse unos días libres para reflexionar sobre lo que debe hacer, es muy probable que esa denominación haga fortuna entre el funcionariado hispano. Lo cierto es que, si «reflexionar» sobre esa decisión hubiera sido la principal motivación para lo que está haciendo, hubiera bastado un presunto «covid» o cualquier otra enfermedad corriente al uso, como excusa o pretexto para suspender su agenda oficial sin generar tal alarma e interés. Es evidente por tanto que hay otra motivación que acompaña a esa decisión, que en cualquier caso pretende convertirle en una víctima de la «derecha y la ultraderecha» –política, mediática y judicial–, que ha elegido a su esposa como víctima propiciatoria para ello. Resulta tan fuera de lugar esa pretensión, que cuando menos cabe decir que puede acabar siendo para él «peor el remedio que la enfermedad».

En todo caso, con este precedente, en el futuro cualquier político que reciba críticas por su actuación podrá tomarse unos «begoños» en espera de que pase la eventual tormenta de reproches de la oposición correspondiente. En el caso de ser la izquierda y la ultraizquierda, no tendría fácil argumentar contra esos «begoños» a los que se acogiera el afectado, correspondiente derechista o ultraderechista político o política. Ese victimismo ya está difundiéndose como una suprema consigna entre la militancia socialista para expresar de manera pública y a ser posible estruendosa, la adhesión inquebrantable al líder. Así, por ejemplo, en el primer día de campaña para las elecciones catalanas, el candidato Illa como líder del PSC, apeló a un cierre de filas con Sánchez y «los valores que representa», afirmando estar con él «hasta la muerte». No obstante, sería oportuno que esos tan importantes valores a los que se refiere fueran conocidos dados sus tan frecuentes «cambios de opinión». Por lo demás, quizás hubiera sido más normal, más democrático y más transparente, aclarar lo que se cuestiona, y si procede, querellarse contra los calumniadores, y no «montar este número», más propio de otras latitudes políticas que de las nuestras. Aunque acaso quizás sea porque el lunes es la fiesta litúrgica de San Pedro Mártir. Con Sánchez todo es posible, incluido el programa Pegasus de sus «amigos» israelíes.

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