Su ojo quedó colgado de la cara «como un huevo pasado por agua». Así describe Salman Rusdhie la agresión que sufrió en agosto de 2022, en una institución de Nueva York cuando se preparaba para impartir una conferencia. Un hombre armado le apuñaló doce veces en el cuello y el abdomen durante 27 segundos. Dice que perder ese ojo le afecta todos los días. Sin embargo, a sus 76 años, el escritor, de origen indio y uno de los más influyentes de la literatura contemporánea, se considera afortunado porque evitó el daño cerebral y esto le permite seguir siendo él mismo. Sin ojo, con el hígado dañado, las manos más torpes, pero con la lucidez suficiente para agradecer a la mujer que le ha permitido salir adelante: Rachel Eliza Griffiths, su quinta esposa, de 44 años.
A ella le ha dedicado su último libro, «Cuchillo», cuyas páginas están llenas de gratitud hacia todas las personas que le ayudaron ese día. La determinación de Rachel Eliza fue fundamental. Se conocieron en 2016. Ella, también escritora, ya había publicado cinco libros de poesía y él los encargó todos de inmediato. Debutó como novelista en 2023 con «Promise», una historia inspirada en su madre, Michele Antoinette, paciente de insuficiencia renal.
Esta circunstancia convirtió a Eliza, la mayor de cuatro hermanos, en una niña precoz y especialmente sensible.Tras la muerte de su madre inició una búsqueda de sí misma que pasó por desprenderse de esa sombra materna que le había servido para ocultarse. Descubrió entonces que había heredado su fortaleza y esto le dio calma. Ha tenido que lidiar también con la violencia racial y los delitos que se cometen con armas de fuego, aunque la agresión que sufrió Rushdie no le ayudan a vencer esos temores.
El escritor ha explicado cómo después del ataque, Griffiths tomó el mando: «Ella simplemente se hizo cargo de todo, además de soportar la carga emocional de verme casi muerto». Trató con médicos, policías, investigadores… ¿De dónde sacó la fuerza? «Hay una fuerza a la que tienes acceso sin darte cuenta y sin saber cómo. Sencillamente está», ha dicho ella.
