Reciclaje de colchones viejos: cómo hacerlo de manera responsable y sostenible

Reciclaje de colchones viejos: cómo hacerlo de manera responsable y sostenible

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), no
existe una fórmula definitiva para determinar el momento exacto en el cual
debemos renovar nuestro colchón. Por lo general, se estima que un colchón de
buena calidad tiene una vida útil de aproximadamente 3.000 noches de sueño, lo
que se traduce en un periodo de entre 8 y 10 años. Sin embargo, esta cifra es
solo una estimación y puede variar en función de diversos factores, ya que cada
colchón y cada persona son únicos.

La vida útil de un colchón puede verse afectada por una
serie de factores, que incluyen el tipo de colchón, el cuidado que le
proporcionamos, nuestra complexión física, entre otros aspectos. Existen varias
señales que indican que un colchón ha llegado al final de su vida útil. Si
dormir en él se ha vuelto incómodo, ha comenzado a emitir un olor desagradable,
o ha acumulado humedad, es posible que se haya convertido en un hábitat
propicio para los ácaros del polvo, las bacterias, el moho y otros alérgenos
potencialmente nocivos… y es posible que haya llegado el momento de cambiarlo
por uno nuevo.

Ahora bien, deshacernos de un colchón viejo puede ser una
tarea más tediosa de lo que nos podamos imaginar. Se trata de un residuo
voluminoso, que contiene materiales que podrían dañar el medio ambiente si no
se manejan de manera adecuada. Por lo tanto, no podemos simplemente desecharlo
sin más. La OCU nos brinda varias formas de deshacernos de nuestro colchón
antiguo de manera que se puedan reciclar las fibras naturales, el acero de los
muelles y la tela que lo recubre, evitando así ensuciar la vía pública o dañar
el medio ambiente.

Qué alternativas tenemos

Para comenzar, la OCU destaca que la opción más conveniente
y cómoda es solicitar a la misma empresa que nos está entregando el nuevo
colchón que se lleve el antiguo. Muchas empresas ofrecen este servicio, aunque
no están legalmente obligadas a hacerlo, especialmente las tiendas físicas. Al
optar por esta opción, nos ahorraremos tener que almacenar el viejo colchón en
casa durante un periodo de tiempo (lo cual puede causar inconvenientes) o el
esfuerzo considerable de intentar transportarlo en nuestro propio vehículo
hasta el punto de reciclaje más cercano.

Además, existe una tercera opción que puede resultar muy
útil en el caso de que la empresa que nos ha vendido el nuevo colchón no pueda
hacerse cargo del antiguo, o si, en efecto, disponemos de un vehículo
utilitario con el cual resulta imposible transportarlo. Esta opción consiste en
solicitar al ayuntamiento de nuestra ciudad o municipio que se encargue de
recogerlo.

En algunas localidades, el ayuntamiento tiene establecidos
unos días específicos para la recogida de objetos voluminosos, por lo que solo
tendríamos que sacar el colchón a la calle en esos días para que se lo lleven.
En otras localidades, sin embargo, se ofrece la opción de solicitar la recogida
a demanda, llamando directamente a los servicios de recogida de residuos. De
esta forma, vendrán a recogerlo cuando tengan la oportunidad de hacerlo.

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