Patrioterismo, sensiblería, moralina o politiqueo son cuatro disfemismos que añaden negatividad a patriotismo, sensibilidad, moral y política mediante una leve alteración formal. Posiblemente, el recurso verbal más sutil para introducir estos cambios de significado sea la entonación, y desde los inicios de la Transición hemos tenido líderes cuya prosodia despectiva y chulesca funcionaba casi a modo de entonación firmada. Un paso de mayor complejidad supone introducir calificativos e intensificadores (añádase barato a cualquiera de los disfemismos), y otro aún mayor el apoyo en campos metafóricos rebuscados o ironías y sarcasmos; por ejemplo, estos días comprobamos hasta qué punto la palabra concordia puede resultar insultante.