Sierra Leona declara el estado de emergencia tras dispararse el consumo de drogas entre la juventud

Sierra Leona declara el estado de emergencia tras dispararse el consumo de drogas entre la juventud

El presidente de Sierra Leona, Julius Bio, declaró este sábado el estado de emergencia como respuesta a la epidemia de drogadicción que afecta a la nación africana. El mandatario señaló en un discurso que la droga conocida popularmente como kush se trata de una “amenaza existencial […] que pone en peligro a las bases de nuestra nación […] y que nos está robando a nuestros futuros líderes”. No quiso dejar de comentar que el uso de drogas sintéticas se trata de una “crisis global” que afecta a la juventud de todos los países, mientras que su gobierno “se mantiene comprometido en la lucha contra el consumo de drogas en cualquiera de sus formas”. Igualmente, anunció la creación de una nueva comisión que estará destinada a combatir el consumo de kush y a facilitar la rehabilitación de los adictos.

El kush se trata de una droga sintética y creada mediante una mezcla de cannabis, fentanilo (un potente fármaco opiáceo de uso analgésico y anestésico) y tramadol (un analgésico de efectos similares a la morfina); donde el cannabis se cultiva en Sierra Leona y otras naciones limítrofes, se piensa que tanto el tramadol como el fentanilo proceden de laboratorios asiáticos, con mención especial a China, cuyo vínculo con el fentanilo ya se conoce a raíz de la actual crisis que también ha disparado su consumo en Estados Unidos. Se dice que se añaden a la mezcla huesos humanos pulverizados y que se obtienen mediante el saqueo de tumbas en el país africano, supuestamente porque el componente de azufre presente en los huesos ayuda a potenciar el “colocón”, aunque no existe ninguna base científica que lo confirme y la inhalación de dosis de azufre elevadas tiene consecuencias letales para el ser humano.

Su consumo deja al adicto en modo “zombi”, somnoliento, irracional y desubicado, además de ser un potente depresivo. Sierra Leona ha sido el primer país en declarar el estado de emergencia nacional, aunque el kush se puede considerar como una droga que se ha extendido rápidamente por la región (Liberia y Guinea Conakry también han experimentado un preocupante aumento de su consumo) desde hace escasos años. Los precios de la droga varían ligeramente en función de su calidad y del comprador, pero se calcula que la cantidad de kush equivalente al consumo diario de una persona oscila en torno a los veinte o treinta céntimos de euro. No hace falta recordar que cinco gramos de cannabis, que en España costarían un mínimo de 30 euros, pueden conseguirse en los países de África Occidental por cinco euros. El bajo precio de la droga es, sin duda alguna, uno de los motivos que dispara su consumo en preferencia a la cocaína (que cruza el país en su camino de Sudamérica a Europa) o los alcoholes duros, cuyo precio escapa por lo habitual a una población empobrecida.

Debe considerarse además un aumento previo de adicciones al tramadol en Sierra Leona, que ha asentado las bases de las drogas farmacéuticas en la sociedad (donde la sustancia más consumida previamente era el cannabis o el hachís) y ha permitido el desarrollo de rutas comerciales que transporten el medicamento desde los laboratorios asiáticos hasta la costa occidental africana. El cultivo de marihuana, asimismo, es habitual en Sierra Leona como consecuencia de su clima húmedo y de un laxo control de las autoridades estatales; el disparo de su consumo desde comienzos del siglo XXI ha derivado inevitablemente en una ramificación de mezclas entre las que se encuentra el kush.

Cabe a recordar que la edad media en Sierra Leona es de 19 años y que el país lleva sufriendo desde 2014 una fuerte crisis económica que ha provocado una reducción drástica de su PIB per cápita y de su riqueza nacional, al igual que una desvalorización de su moneda y una elevada tasa de inflación de los bienes de consumo que llevó a que el Programa Mundial de Alimentos indicara en febrero de 2023 que un 78% de la población local se encontraba en una situación de inseguridad alimentaria. El león, la moneda nacional, alcanzó cifras de inflación récord en 2022 y no se ha recuperado desde entonces. Habría que sumarle la corrupción política, crisis globales como el coronavirus y la guerra de Ucrania, o la inmigración masiva que busca alternativas en países vecinos (Ghana, Nigeria) o en Europa y Estados Unidos.

Es la mezcla perfecta: drogas nacionales mezcladas con fármacos extranjeros cuyo consumo se ha introducido paulatinamente en el país, sirven para extraer de la desidia a una población local joven y sin oportunidades que decide entre la miseria y la abstracción que acompaña a la adicción y al consumo. En Sierra Leona sólo hay una clínica especializada en la rehabilitación del consumo de drogas, ubicada en la capital, Freetwon, y es evidente que no es suficiente para hacer frente a la dramática situación que atraviesa el país. Diferentes organizaciones han criticado que este centro casi parece un “centro de detención” por las pésimas condiciones en las que se encuentran los pacientes y la falta de medios para atenderles. Es por esta razón que Bio anunció que se crearán centros en cada distrito que “contarán con el personal adecuado y profesionales capacitados para ofrecer atención y apoyo a las personas con adicción a las drogas”.

Para rematar las dificultades que envuelven al Gobierno, en Sierra Leona tampoco existen estadísticas que señalen un número concreto de consumidores, su edad media, procedencia social, consecuencias etc., lo que dificulta en gran medida la elaboración de un plan que combata adecuadamente las causas raíz de su consumo.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *