Es un gesto muy sencillo, prácticamente indoloro, y puede cambiar la vida de una persona a cualquier edad, hasta el punto de reducir su riesgo de muerte. Pero también se trata de un signo de responsabilidad y de solidaridad con los demás. Hablamos de la vacunación, uno de los grandes hitos de la Medicina, ya que se ha convertido en la mejor herramienta para prevenir algunas enfermedades infecciosas y, sin duda, una de las medidas de salud pública que más vidas ha salvado en las últimas décadas.
En el contexto de la Semana Mundial de la Inmunización, los datos no dejan lugar a dudas, pues se estima que cuatro millones de muertes en todo el mundo se previenen anualmente gracias a la vacunación infantil, mientras que 50 millones de fallecimientos se podrían evitar mediante la inmunización entre 2021 y 2030, según el Centro para la Prevención del Control de Enfermedades (CDC). «La vacunación es un acto de responsabilidad de todos, pero también de solidaridad con nosotros mismos y con los demás, ya que nos protegemos, pero además protegemos a los que nos rodean», asegura Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
También en mayores de 80
Aunque la inmunización es una medida muy extendida en la edad pediátrica, donde las tasas de cobertura en nuestro país resultan afortunadamente muy altas, lo cierto es que la vacunación no es una cosa solo de niños. Todo lo contrario, ya que, tal y como aclara el profesor Gil, «la esperanza de vida cada vez es más amplia y la vacunación nos permite hacer una buena prevención de salud en personas de más de 80 años, que suelen ser pluripatológicos, con comorbilidades, frágiles y plurimedicados. En ese escenario, inmunizarse frente a virus como la gripe, la Covid-19, el herpes, la neumonía neumocócica, el sarampión o el virus respiratorio sincitial (VRS) se convierte en un escudo esencial para alcanzar una mayor calidad de vida, pues las vacunas evitan infecciones y en caso de contagio reducen las complicaciones graves que a esa edad pueden resultar muy drásticas».
La razón reside en que, según explica la doctora Isabel Jimeno, responsable del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), «los enfermos crónicos y de mayor edad son más vulnerables frente a las infecciones comunes porque sus sistema inmunológico está más debilitado, lo que puede acarrear que una infección leve acabe en ingreso hospitalario, en la desestabilización de otras patologías y, en definitiva, en la merma de su salud. Por ello, la vacunación en la edad adulta es tan importante para lograr un envejecimiento saludable». De hecho, la doctora Jimeno recomienda a todos los adultos que, al acudir a su médico de familia «pregunten por cómo está su cartilla vacunal, para saber si les toca ponerse alguna inmunización».
Y si en los más mayores de la casa la vacunación resulta imprescindible para ganar calidad de vida, tampoco hay que olvidarla en etapas tan determinantes como el embarazo, «ya que la mujer, por su gestación, tiene modificaciones en su sistema inmunológico que la hacen más vulnerable a infecciones que pueden ser comunes, como la gripe, la covid, la tosferina o el VRS», advierte la doctora Carmen Pingarrón, jefa de servicio de Ginecología y oncoginecología del Hospital Quirónsalud San José de Madrid y profesora asociada en Medicina en la Universidad Europea de Madrid. De hecho, tal y como aconseja la especialista, «si se está planeando un embarazo, lo más oportuno es que la mujer llegue a la gestación con todas las vacunas sistemáticas y recomendadas administradas, ya que eso puede evitar problemas futuros».
Doble protección
En concreto, la vacunación a la mujer embarazada es primordial por dos cuestiones. «Por un lado, sirve para proteger a la gestante de posibles infecciones que pueden ocasionar problemas graves en el desarrollo de su bebé, así como aborto o parto prematuro, en función del trimestre en el que se encuentre; y, por otro, sirve para proteger activamente a los recién nacidos durante sus primeros meses de vida, cuando son más vulnerables a infecciones», alerta la doctora Pingarrón. Por ello, tal y como destaca la doctora María Garcés, pediatra en Centro de Salud Nazaret (Valencia) y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), «es clave nacer protegidos y, después, cumplir con el calendario vacunal infantil, ya que resulta crucial para proteger a los niños y a toda la población frente a enfermedades prevenibles».
A todas esas contundentes ventajas que se alcanzan en las personas que se vacunan, se añade una más: «La inmunización es muy útil para reducir la resistencia microbiana, que será la próxima pandemia que nos aceche, ya que estar vacunados y hacer un diagnóstico certero de las infecciones respiratorias evita el uso inadecuado de antibióticos», asegura la doctora Jimeno. Por todo ello, los especialistas y las sociedades científicas coinciden en la seguridad y eficacia de las vacunas en todas las etapas de la vida para garantizar el mayor estado de bienestar posible.
