Cuando las parejas ya han perdido el entusiasmo inicial muchas hacen planes con otras parejas. Y cuando los padres ya han perdido el impulso de montar planes familiares se plantean hacer vacaciones con otras familias. Algunos son muy lanzados y directamente compran a medias una casa en un pueblo para estar atados toda la vida. Otros se animan a un viaje compartido o a alquilar una casa rural durante varios días. Y los más prudentes prefieren un teaser de un fin de semana en un hotel, cada uno en su habitación.