Las cristalinas aguas que pintan de turquesa el mar de las Maldivas, en el océano Índico, y su enorme visibilidad del fondo marino invitan a cualquier amante del esnórquel y el submarinismo al avistamiento de las múltiples especies que habitan en el archipiélago. Este lugar se coloca en el mundo como uno de los templos mundiales del buceo.