Imponer la misma fiscalidad a los productos sin humo que a los cigarrillos obstaculiza que la mitad de los fumadores se plantee dar el salto a opciones menos dañinas

Imponer la misma fiscalidad a los productos sin humo que a los cigarrillos obstaculiza que la mitad de los fumadores se plantee dar el salto a opciones menos dañinas

Imponer la misma fiscalidad a las alternativas libres de humo que a los cigarrillos desalienta a la mitad de los fumadores de siquiera considerar cambiar a opciones menos dañinas, según revela una encuesta realizada por Povaddo para Philip Morris International (PMI) y presentada este pasado lunes en París. La mayoría de los 14.000 encuestados de 13 países de la UE considera que se deben bajar los impuestos de las alternativas menos dañinas para incentivar su uso en el caso de los fumadores que no quieren dejarlo y cree que una regulación y la fiscalidad proporcional al daño es determinante para rebajar la tasa de fumadores.

Adicionalmente, la encuesta muestra que seis de cada diez encuestados (60%) creen que su país tiene un “problema” con el tabaco y los productos ilícitos que contienen nicotina, aunque solo el 6% de los encuestados identificó correctamente que en 2022 se perdieron entre 10.000 y 15.000 millones de euros de ingresos fiscales a causa del comercio ilícito. “Hay un mandato bastante claro de la opinión pública de que los gobiernos deben tener en cuenta el comercio ilícito a la hora de decidir cómo regular y gravar estos productos, y hay mucha gente que no cree que eso esté ocurriendo”, afirmó el presidente de Povaddo, William Stewart.

Los datos respaldan que la prohibición no es el camino. En países que prohíben las alternativas menos dañinas como el cigarrillo electrónico, los dispositivos de calentamiento de tabaco o las bolsitas de nicotina como Turquía, Mauritania, Argentina, Brasil y Países Bajos, la caída de la incidencia del tabaquismo entre 2014 y 2022 oscila entre un mínimo del 2% (Turquía) y un máximo del 26% (Países Bajos). En cambio, en aquellos que han impulsado el uso de estas alternativas para reducir el daño como Suecia, Nueva Zelanda, Islandia, Noruega, Japón y Reino Unido la caída del tabaquismo en el mismo periodo ha sido mayor (50%, 48%, 44%, 36%, 33% y 29%, respectivamente).

El 65% de los fumadores de la UE cree que los responsables de la toma de decisiones no tienen les tienen en cuenta a la hora de regular sobre tabaco y productos con nicotina y casi siete de cada 10 (66%) de la población general adulta europea está de acuerdo en que organizaciones como la UE y la OMS deberían centrarse más en la reducción del daño, alentando a los fumadores a utilizar productos menos nocivos, en lugar de intentar eliminar por completo el consumo de tabaco. Además, el 69% de los encuestados cree que los fumadores adultos deberían recibir información precisa y científicamente fundamentada de que las alternativas sin humo a los cigarrillos son menos nocivas que seguir fumando, aunque estas alternativas no estén exentas de riesgo.

“Los resultados de esta encuesta sugieren que existe una desconexión entre los responsables políticos y los ciudadanos a los que gobiernan y representan en lo que se refiere a las políticas del tabaco”, afirmó el presidente de Povaddo, William Stewart, durante la presentación. “Las políticas de la UE parecen más centradas en un objetivo poco realista, la erradicación completa del consumo de nicotina, mientras que la mayoría de la población es receptiva al concepto pragmático de la reducción del daño del tabaco y de animar a los fumadores a utilizar productos con nicotina menos nocivos”, añadió.

“Los gobiernos justifican su visión prohibicionista defendiendo que estas alternativas introducen al tabaquismo a personas no fumadoras, una afirmación que no cuenta con el respaldo de los datos”, apuntó Olivier Babeau, presidente del Instituto Sapiens (Francia). El doctor Anders Milton, MD, PhD, CEO de Milton Consulting y presidente de la Comisión de Snus de Suecia, por su parte, condenó las políticas restrictivas contra las alternativas libres de humo cuando “la gente muere por los cigarrillos”. El tabaquismo causa más de ocho millones de muertes al año en todo el mundo. Teniendo en cuenta que actualmente hay más de 1.000 millones de fumadores a nivel global –una cifra que se mantiene inmóvil desde inicios de siglo–,la mitad de ellos morirán si no abandonan este hábito.

El caso de Suecia evidencia que el camino que están siguiendo la mayoría de los países de la UE no es el correcto para reducir la tasa de fumadores y de muertes ocasionadas por el tabaquismo. El país escandinavo ha conseguido coronarse como el primero del mundo en ser libre de humo, al alcanzar una tasa de tabaquismo inferior al 5% de la población, frente al 23% de media que registra la UE. Este hito lo ha conseguido 17 años antes que el objetivo marcado por la Unión Europea, gracias a la implantación de estrategias de reducción del daño y a la popularización del snus (producto sueco de tabaco sin humo en formato húmedo y pasteurizado que administra nicotina a través de las encías).

Como resultado, los logros de Suecia en materia de salud son incomparables. La incidencia del cáncer en Suecia es un 41% inferior que en el resto de sus homólogos europeos, lo que equivale a un 38% menos en la cifra total de muertes por cáncer. En 24 de los otros 27 Estados miembros de la UE hay una tasa de mortalidad por tabaquismo el doble de alta o más que la de Suecia, en relación con el tamaño de la población. En todas las enfermedades relacionadas con el tabaco, Suecia tiene una tasa de mortalidad un 39,6% más baja que la media de la UE y es uno de los tres países con el menor número de muertes por cáncer de pulmón.

El gobierno sueco sigue respaldando la reducción del daño con la decisión de reducir la fiscalidad del snus un 20% en 2024, mientras que subirá un 9% la carga impositiva de los cigarrillos. En este sentido, el doctor insistió en que “lo que causa cáncer son los cigarrillos, no la nicotina ni el snus”. En concreto, el snus conlleva un riesgo asociado del 3,18% frente a los cigarrillos, que supondrían un 100%, una tasa que se reduce al 0,24% en el caso de los cigarrillos electrónicos.

Tras Suecia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Finlandia registran las tasas de tabaquismo más bajas de la UE, según el Special Eurobarometer 506. A la cola, con mayor población fumadora, se sitúan Grecia, Bulgaria, Croacia, Rumanía y República Checa. España se ubica en mitad de la tabla, con una tasa de tabaquismo que ronda el 22%. No obstante, según el estudio EDADES de 2022, el dato de consumo diario de tabaco en España asciende al 33,1%.

Preguntado sobre el etiquetado genérico en las cajetillas de tabaco que se va a implantar en España como parte del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, Milton aseguró que esta medida no sirve para reducir la tasa de tabaquismo, “lo que sirve es incentivar las alternativas menos dañinas”. En 2017, la por aquel entonces ministra de Sanidad francesa, Agnes Buzyn, admitió que el empaquetado neutro del tabaco había fracasado después de que las ventas oficiales de cigarrillos aumentaran tras la eliminación de la marca de las cajetillas hace un año.

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