Estados Unidos vuelve a posponer sus planes de prohibir los cigarrillos mentolados. Esta vez lo hace de forma indefinida, señalando que hará falta “mucho más tiempo” para tomar la decisión. Los observadores y analistas políticos señalan que detrás del retraso en el veto está la voluntad de no enfadar a los votantes afroamericanos, los principales consumidores de tabaco mentolado. Una referencia a tomar en cuenta las opiniones de movimientos de derechos civiles abona esa interpretación.