Casa Cornide, la última china en el zapato millonario de la familia Franco

Casa Cornide, la última china en el zapato millonario de la familia Franco

Los Franco no consiguen que la felicidad reine de forma definitiva en el seno de su familia. Si esta semana recibían una buena noticia: la venta por 70 millones de euros del edificio familiar de la calle Hermanos Bécquer, en Madrid, las informaciones no son tan halagüeñas un poco más al norte, concretamente en La Coruña. Allí se recrudece estos días otro de los pleitos que mantiene en vilo a la familia Martínez-Bordiú desde hace años. Se trata de Casa Cornide, el palacete de arquitectura residencial del siglo XVIII que los herederos de Franco poseen en el centro de La Coruña desde 1962. Ahora, el Ayuntamiento de la ciudad gallega se plantea recuperarlo para el concello.

Su alcaldesa, Inés Rey, anunciaba esta semana en la sesión de control del gobierno la activación de los trámites administrativos necesarios para la recuperación de Casa Cornide. La intención del consistorio es revisar y revertir las decisiones tomadas por el Ayuntamiento hace 62 años, «que permitieron que un edificio público acabara en las manos de la familia Franco tras serles usurpado a todos los coruñeses y coruñesas bajo una apariencia de legalidad», apuntaba la regidora.

De carácter barroco e inspirada en los palacetes franceses de la época, Casa Cornide fue diseñada por el ingeniero militar Francisco Llobet. Se encuentra frente a la portada románica de la Colegiata de Santa María do Campo. La historia de la venta a la familia Franco data del año 1962. El 22 de junio de ese año, el palacete pasó a ser propiedad de Carmen Polo y, por su matrimonio en régimen de gananciales, también de Francisco Franco, tras haber sido anteriormente patrimonio del Ministerio de Educación, y luego del Ayuntamiento de La Coruña.

A partir ahí, según el consistorio, la cronología de los hechos invita a pensar que el traspaso del inmueble fue, cuanto menos, irregular. El 22 de junio Casa Cornide pasó del Ministerio de Educación al Ayuntamiento de La Coruña por un valor tasado de 344.813 pesetas. El 3 de agosto pasó a ser propiedad de Pedro Barrié de la Maza, I conde de Fenosa y un importante empresario y financiero, por 305.000 pesetas, y el 6 de agosto era vendido a Carmen Polo por 25.0000 pesetas, ni siquiera un 10 por ciento de su valor real.

Ahora, en su pelea por revertir la propiedad del inmueble, la alcaldesa La Coruña busca flecos que demuestren la nulidad de la venta. Para ello, anunció el 10 de abril la incoación de un expediente de expropiación dándose un plazo de seis meses para llevarlo a término. En realidad la noticia ya se había trasladado a los medios a bombo y platillo una semana antes, pero no fue hasta el pleno del 17 de abril cuando el expediente se acordó, fuera del orden del día y previa declaración de urgencia. De hecho, el acuerdo impulsado desde el Área de Fomento y Promoción de la Ciudad, «encaminado a la recuperación de la titularidad e incorporación de la Casa Cornide al patrimonio público municipal», no se aprobó hasta este pasado jueves, en la reunión de la Junta de Gobierno Local. Desde que sea notificada, la familia Franco tiene15 días para personarse como afectada en el procedimiento. El Ayuntamiento ya ha anunciado que instará al Ministerio de Educación para que diga si el inmueble fue desafectado como bien público conforme a la ley vigente entonces.

Paralelamente, también revisará los acuerdos de la puja pública celebrada en 1962 que hizo que el pazo acabara en manos de Pedro Barrié de la Maza. Para ello, ha citado a la familia Franco en una audiencia previa, como afectados del expediente de nulidad, solicitando un dictamen al Concello Consultivo de Galicia.

Este periódico intentó comunicarse con el Ayuntamiento para conocer de primera mano de la edil el estado del procedimiento, sin obtener respuesta al respecto.

La familia Franco responde

El último testimonio de la postura del consistorio tiene que ver con el secretario del concello, que el lunes veía viable la vuelta del pazo al Ayuntamiento, alegando que existe una vinculación directa entre el consistorio y la propiedad, por haber contribuido a su conservación en los últimos años. Esto sería «relevante para considerar la auténtica naturaleza del mismo»

La familia Franco no opina lo mismo. Puestos en contacto con Francis Franco, portavoz del clan en este tipo de conflictos, aseguraba a este periódico no haber «recibido ninguna notificación al respecto. Pueden haberla solicitado y que no se nos haya dado traslado. De todos modos, esto es un tema recurrente que se repite desde hace seis u ocho años».

La familia ve en la acción de la alcaldesa una intención clara del Ayuntamiento de bloquear la venta del pazo. «Este trámite, además, –apunta Franco– no tiene nada que ver con la venta de Casa Cornide, el palacete se puede vender, peor, pero se puede vender igualmente. El concello lleva amenazando desde hace cinco o seis meses como arma publicitaria, pero a nosotros no nos ha notificado nadie. Los abogados están tranquilos y, por tanto, nosotros también estamos tranquilos». Preguntado sobre si tiene miedo de que Casa Cornide corra la misma suerte que el Pazo de Meirás, responde: «Del Pazo de Meirás,seguimos sin tener sentencia» (pendiente del Tribunal Supremo).

La intención del Ayuntamiento de expropiar Casa Cornide sigue la huella del pleito planteado por el Pazo de Meirás, lugar de veraneo de la familia Franco que el Ayuntamiento consiguió recuperar para la administración en septiembre de 2020. En ese caso, su expropiación forzosa a los Franco llegó tras una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 1 de La Coruña, que sentenciaba que el pazo era propiedad del Estado, declarando nula y sin efecto la «donación personal» a Franco y su familia. Pese al procedimiento abierto, el palacete, que fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) hace un año, sigue en venta.

Venta en tiempo récord

Reclamaciones aparte, los Franco son también protagonistas esta semana por la venta del edificio familiar de la calle Hermanos Bécquer, en Madrid. Allí vivió Carmen Franco, la matriarca del clan Franco hasta su muerte, el 27 de diciembre de 2017, y ese era el lugar de reunión de la familia al completo en fechas señaladas. Según el portal «Vanitatis», los Franco acabarían de vender en tiempo récord los siete pisos de lujo de más de 600 m2, cada uno, que componen el edificio. Una operación por la que la familia se habría embolsado una cantidad cercana a los 70 millones de euros, teniendo en cuenta su valor en el mercado.

Tras la muerte de Carmen Franco, sus herederos valoraron poner en venta la joya de la corona del patrimonio en ladrillo de la familia para conseguir liquidez, pero finalmente lo desestimaron, entre otras cosas, por encontrarse la mayor parte del edificio alquilado. En la decisión de los herederos también pesó el hecho de no recibir una oferta económicamente interesante. Una oferta millonaria que sí parece haber llegado ahora, seis años y medio después de la muerte de Carmen Franco y con la que la familia vuelve a hacer caja.

Otra propiedad en liza es La Piniella, un pazo asturiano situado en la localidad de San Cucao que heredó Carmen Polo, esposa de Franco, de sus padres. Lleva seis años en venta, pero a pesar de las sucesivas rebajas, no parece que haya interés en su adquisición. De los cinco millones de euros que se pedían inicialmente se ha pasado a 1,9 millones en la actualidad.

Para el matrimonio fue un lugar muy querido, pues fue la residencia donde pasaron su noche de bodas, el 23 de octubre de 1923. La propiedad está a la venta en el portal inmobiliario Engel& Völkers, como una «bonita casa de campo del siglo XVIII en Piniella, en el centro de Asturias con amplios espacios exteriores y varias edificaciones»: casa de guardeses, almacén, cuadra, gallinero y guardería de coches de doble altura». Una vez rehabilitada, la inmobiiaria valora en su anuncio la posibilidad de aprovechar la propiedad para inversiones vinculadas a la hostelería y la restauración.

Los nuevos jefes del ladrillo

La venta del edificio de Hermanos Bécquer no es la única novedad en el universo societario de los Franco. Fiolasa SL, el buque insignia del patrimonio en ladrillo de la familia, sufría cambios de organigrama en agosto pasado. Carmen Martínez Bordiú salía de la sociedad mientras que dos de sus hermanos, José Cristobal y Arancha, tomaban el control directivo como presidente y consejera delegada respectivamente. Un mes antes, Francis Franco salía del consejo dejando su puesto a su hijo, Álvaro Franco Guisasola, en su cargo como consejero.

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