Consejos a Meghan Markle para salir airosa a su grave crisis de imagen pública

Consejos a Meghan Markle para salir airosa a su grave crisis de imagen pública

No es difícil pensar que la imagen pública de Meghan Markle hace aguas y no atraviesa por su mejor momento. Desde que llegase al seno de la
Familia Real británica del brazo del príncipe Harry surgieron las primeras
suspicacias. No todos veían con buenos ojos que una actriz con raíces negras
entroncase con los Windsor, pero el amor es caprichoso y el hijo pequeño de
Lady Diana no estaba dispuesto a atender opiniones al respecto. La que pasó a
ser duquesa de Sussex se convirtió en el enemigo público de la querida Kate Middleton, ganándose el rechazo de los tabloides más sensacionalistas, que
hicieron negocio sacando a la luz los capítulos más escabrosos de su pasado y
dando voz a los miembros díscolos de la particular familia Markle. No tanto cuando llegaron las demandas millonarias. Después
llegó en conocido como ‘Megxit’, con el que el matrimonio rompía lazos con la
corona, renunciaba a sus responsabilidades institucionales y emprendían un
lucrativo camino sin rendir cuentas a nadie en palacio. Pocos han logrado
perdonarla por todo esto.

La estrategia le ha salido muy cara a la actriz. Ha perdido
fieles con el paso de los años y según se han acumulado las polémicas a su
alrededor. Eso por eso que se ha visto obligada a atajar el grave problema
público que tiene y confiar en las artes de un relaciones públicas que tiene la
difícil tarea de mejorar su reputación. Al menos sí a ayudarla a que el público
en Reino Unido y, por extensión a Europa, deje de sentir rechazo por ella. Una
labor que es responsabilidad ahora del afamado Charlie Gipson, en cuyo
currículo rezan éxito con campañas para Haribo, Mars, Cadbury o Domino’s que
avalan su saber hacer y justifican también su elevado caché. Y es que el nuevo director
de comunicaciones al servicio de la Fundación Archewell no solo tiene como
cometido dulcificar la imagen pública de Meghan, sino también ayudarla a vender
su nueva línea de mermeladas.

Es más, desde ‘The Telegraph’ han consultado con expertos en
la materia, como Mark Borkowski, que ahonda en la profunda crisis por la que
atraviesa la duquesa de Sussex. Según la visión experta de este consultor de
relaciones públicas, es tan complicado mejorar su imagen pública como
proponerse hacer lo mismo con el hijo díscolo de la reina Isabel II, envuelto
en escándalo de corrupción de menores y líos fiscales: “Una de las tareas más
difíciles (…) quizá solo superado por hacer relaciones públicas para el príncipe Andrés” . Pese a todo ello, Charlie Gipson ha aceptado ya el encargo y
su primer paso al servicio de Harry y Meghan Markle ha sido hacer borrón y
cuenta nueva. Al menos con sus propios perfiles públicos en redes sociales,
detallando que es “especialista senior en relaciones públicas y eventos con más
de 15 años de experiencia en comunicaciones para consumidores”.

Ahora su gran producto a vender es la propia Meghan Markle.
En su currículo rezan empresas de prestigio como Edelman, Light Brigade o
Spendid Communications. Ahora hace lo propio al entrar a formar parte del
equipo de los Sussex, en plena reconstrucción tras proponerse dar una vuelta de
tuerca a su imagen de marca y al lanzamiento de la línea de productos de la
actriz. Lo hace en plena crisis de identidad, al ser rechazada por Spotify y
recibir agrias críticas con sus proyectos con Netflix. Las encuestas de
popularidad la dejan en números rojos, como la última realizada por Ipsos Mori
y que revela que tan solo el 18 por ciento de la población tiene una imagen
positiva sobre ella.

El primer reto al que se enfrenta Charlie Gipson a la hora
de mejorar la imagen pública de su cliente más popular es su coherencia. Su
público objetivo no sabe a qué atenerse cuando piensa en ella, pues ha pasado
de ser la mala de la película para la familia real británica a lanzar libros
infantiles. De conceder entrevistas polémicas denunciando racismo y poniendo
sobre el tapete la salud mental, a prestar su voz a documentales, protagonizar
los suyos propios y lanzar al mercado una marca de estilo y vida donde las
mermeladas son su principal producto a comercializar.

Meghan Markle debe fijar una línea de negocio clara y
apostar por ella, además de ponerse de acuerdo con el príncipe Harry para
determinar si su imagen pasa por ser miembro de la realeza o tan solo una
celebrity víctima de feos rumores y especulaciones. Algunos de ellos casi
tumban su percepción en el público, como son sus enfrentamientos familiares o
las acusaciones de un trato poco digno a sus empleados, los cuales fueron
silenciados a golpe de negociaciones a puertas cerradas y cláusulas de
confidencialidad. Además, si logra el éxito en esta tarea, también se le
recomienda mantener un mensaje público potente, que le haga reconocible por una
causa noble, como así logró su suegra, la princesa Diana de Gales, al pueblo en
el bolsillo.

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