¿Cuál es el nombre del pueblo más largo de Castilla y León? Tiene 37 letras y está en Burgos

¿Cuál es el nombre del pueblo más largo de Castilla y León? Tiene 37 letras y está en Burgos

España está dividida en Comunidades Autónomas, en provincias y en municipios. En esta ocasión vamos a hablar de estos últimos, que son los que cuentan con mayor número y más peculiaridades, empezando por su nombre. Un municipio es una entidad administrativa que puede agrupar
una sola localidad o varias. El municipio está compuesto por un territorio
claramente definido por un término municipal de límites fijados y la población
que lo habita regulada jurídicamente por instrumentos estadísticos como el
padrón municipal y mecanismos que otorgan derechos. El municipio está regido por un órgano colegiado denominado
ayuntamiento, municipalidad, alcaldía o concejo, encabezado por una institución
unipersonal; el alcalde

En España existe un total de 8.132 municipios. De ellos, el
49,1 % tiene menos de 500 habitantes, el 41,5 % tiene entre 500 y 10.000
habitantes, el 8,6 % tiene entre 10.000 y 100.000 habitantes y, por último, 65
municipios (menos del 0,8 % del total) tienen más de 100.000 habitantes. La Comunidad Autónoma que cuenta con mayor número de municipios es Castilla y León, con un total de 2.248, pero no es la Región que cuenta con la localidad con el nombre
más largo de nuestro país, un privilegio que recae en la madrileña de
Gargantilla del Lozoya y Pinilla de Buitrago, que suma 38 letras. Aunque su
población más antigua pudo ser árabe, se fundó poco tiempo después de fundarse
Garganta (que data de tiempos de la Reconquista) por vecinos de esta que huían
de una epidemia mortífera o por no querer pagar los impuestos y tributos que
les correspondía en los repartos vecinales. Anteriormente a la fundación de
Gargantilla, existía en este término otro pueblo hoy desaparecido, Santiago,
del cual queda como testimonio su antigua iglesia, hoy ermita.

 

Fue entre mediados del siglo XVI y finales del XVIII cuando
el término de Gargantilla del Lozoya se pobló de forma estable. Pinilla de
Buitrago probablemente se trató de un anejo de San Mamés. La única fecha que se
dispone es la de la construcción de la Iglesia en el siglo XVI, fecha en la
probablemente se pobló de forma estable, según asegura Wikipedia.

Solo una menos, 37, tiene el pueblo de Castilla y León con
el nombre más largo, Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja, de la
provincia de Burgos. Se trata de la capital de la comarca de Las Merindades y
se encuentra a 75 kilómetros de Burgos. La villa es atravesada por el río Nela,
y se encuentra situada en la zona oeste de un amplio valle.

Este municipio antes de afianzarse el nombre de
“Castilla”, se conocía como Bardulia, según refiere la Crónica de
Alfonso III: “Bardulia, que nunc appellatur Castella”. Debió de ser a mediados del siglo IX cuando los cristianos
que habían sido empujados al norte de la Cordillera Cantábrica con la invasión
musulmana, empezaron salir de sus refugios septentrionales para ocupar el valle
del Ebro construyendo las fortificaciones que dieron nombre a esta tierra.
Aprovechando la debilidad del emirato de Córdoba, el rey Ordoño encargó a
Rodrigo de Castilla —quien terminaría por ser el primer conde castellano— la
expansión y repoblación del reino astur en sus confines orientales.

En 1186, el lugar no debía ser mucho más que una granja o
quinta, de la que existe noticia por un documento de donación de Alfonso VIII
al monasterio de Quintanajuar que confirma la cesión de “las hierbas de la
granja de Villarcayo”, informa Wikipedia.

En 1560 se establece Villarcayo como el centro
administrativo del merino y de las antiguas siete merindades. Históricamente la
Merindad de Castilla la Vieja formó parte de las siete antiguas Merindades.

Sus principales atractivos monumentales son:

– Plaza Mayor y Casa Consistorial: Forma un conjunto de
urbanismo rural típico del norte de Castilla. Destaca el edificio que aloja la
Casa Consistorial, construido en 1891. La plaza también cuenta con una hermosa
fuente iluminada construida a principios del siglo XX.

– Torre del reloj: Situada detrás del Ayuntamiento, en el
edificio del juzgado, que ocupa las dependencias de la antigua casa de justicia
y cárcel, de las que quedan pocos restos: Un escudo con las armas reales de
España y la denominada Torre del Reloj (siglo XVI). En 1997 fueron enriquecidas
sus paredes, a iniciativa de la Asociación Cultural Amigos de Villarcayo, con
los escudos de las siete antiguas merindades de Castilla la Vieja.

– Casas blasonadas: Situadas en la calle Santa Marina. Hablan de la importancia de Villarcayo como lugar de residencia de las más
linajudas familias de las Merindades. En la segunda Guerra Carlista fue
incendiado el pueblo y desapareció parte del vestigio antiguo de la villa. Las
únicas casas que sobrevivieron son las casas de la familia Díez Isla y de la
familia Danvila de los siglos XVII y XVIII.

 

– Iglesia de Santa Marina: Moderno edificio construido en
1967 y diseñado por el arquitecto José Luis
Gutiérrez Martínez.
Concebida como una gigantesca tienda de campaña beduina
su estilo se podría definir como “gótico gaudeano, por la gran
influencia que en su concepción tienen las
formas de Gaudí. De especial mención es la belleza y la abundancia de sus vidrieras, realizadas por
el artista zamorano Luis Quico.

– Ermita de San Roque: Situada a la salida de Villarcayo por
la carretera de Bilbao. La ermita actual es una reconstrucción realizada en
1784 sobre otra ermita anterior. Su altar dedicado a san Roque fue construido
en el siglo xix. Desde hace varios años una asociación se encarga de
la restauración y cuidado de la ermita.

– Monasterio de Santa María la Real de Vileña: Situado a la
salida de Villarcayo en un moderno edificio junto a la carretera de Medina de
Pomar. Emplazado en Villarcayo desde 1970, en su interior hay un museo con una
excelente colección de sepulcros góticos: destacan el de la reina Urraca López
de Haro, la fundadora del convento, y los sepulcros de los Rojas en madera
policromada. En imaginería religiosa sobresale la talla de Santa María de
Vileña del siglo XIV y el calvario del siglo XVI, y en pintura el fresco de
Jesucristo Resucitado y los restos del antiguo artesonado. Asimismo, se
conserva una importante colección de documentos.

Riqueza Natural

Villaracayo es la capital de la comarca de Las Merindades, compuesta por más de 360 núcleos de población agrupados en
26 municipios. En su extensión confluyen varios elementos geográficos: la
meseta castellana, el valle del Ebro y la cordillera Cantábrica, estando en
esta última el punto más alto de la comarca Castro Valnera en Espinosa de los
Monteros.

 

Esto hace que sea un espacio de transición, existiendo zonas
muy diferentes en cuanto a paisaje, vegetación, economía, hábitat o
arquitectura al asociarse en un mismo entorno paisajístico rasgos de la zona
húmeda cantábrica y de la zona mediterránea seca; esto es lo que le hace tener
un gran patrimonio natural de gran valor ecológico y biológico.

Su riqueza natural hace que cuente con varios Espacios
Naturales: Parque natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón, Parque natural de
Montes Obarenes-San Zadornil, Monumento natural de Ojo Guareña y Monumento
natural del Monte Santiago.

Gastronomía

En cuanto a su gastronomía, el producto estrella es el
chorizo. La industria chacinera alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad
del siglo XX con la empresa de la familia Uriarte. En aquellos años el Chorizo
de Villarcayo era conocido y se distribuía por todos los rincones de España.

Hoy, tanto el chorizo como otros productos gastronómicos de
la villa gozan de una excelente y bien merecida fama, basada en la utilización
de unas materias primas sanas y de primera calidad. Entre los productos del municipio destacan los cárnicos como el tradicional chorizo, las famosas morcillas,
el tierno cordero o las excelentes carnes de vacuno que ya cuentan con una
marca de garantía controlada. El tradicional licor de Guindas contribuye a
poner la nota festiva.

 

Además en Villarcayo se transforman y elaboran otros
productos como las patatas fritas, los quesos frescos, los derivados de la
miel, los derivados del pollo, los productos hortícolas, y una larga colección
de dulces como pasteles, pastas o bizcochos. El territorio ofrece al visitante
variados productos como las setas de temporada, las truchas o las diferentes
piezas de caza.

Una parte de estos productos gastronómicos se reflejan en
las cartas de los selectos restaurantes, uno de los pilares básicos en la
oferta turística de la localidad. Los establecimientos de restauración de
Villarcayo han sabido conservar las recetas tradicionales de la cocina
castellana e introducir una serie de platos propios de la cocina vasca, entre
los que destacan los frescos pescados del Cantábrico. Los restaurantes de
Villarcayo y la Merindad se caracterizan por ofrecer una excelente relación entre
calidad y precio. Existen establecimientos para todos los gustos y
presupuestos.

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