Demuestran que cambiando el punto de estimulación del marcapasos en el corazón se evitan complicaciones futuras

Demuestran que cambiando el punto de estimulación del marcapasos en el corazón se evitan complicaciones futuras

Cuando una persona tiene un ritmo cardíaco muy bajo, ya sea por alguna enfermedad asociada al impulso eléctrico cardíaco o bien porque existe un bloqueo en los cables eléctricos de dentro del corazón, está indicada la colocación de un marcapasos, un dispositivo que consiste en un generador de corriente que se pone bajo la clavícula, naturalmente en el lado izquierdo, y que está conectado a un cable o electrodo, que entra en una vena que llega hasta la punta del ventrículo derecho del corazón y, de esta manera, estimula el corazón para que éste se contraiga.

“Ésta es la manera en la que desde hace 50 años colocamos los marcapasos, clavando el cable en la punta del ventrículo derecho, porque es la zona más estable y sencilla para poner un electrodo dentro del corazón”, explica el doctor Ermengol Vallès, jefe de sección de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar, quien sin embargo señala que “si bien esta estrategia salva vidas, puesto que da al corazón un ritmo de latido que no tiene y hace que éste vuelva a latir, se ha visto en estudios observacionales, e incluso experimentales, que a mayor porcentaje de estimulación, cuanto más necesita el corazón ser estimulado por el marcapasos, más posibilidad existe de que, a la larga, se produzca una disfunción del músculo cardíaco”.

Es decir, “en el músculo cardíaco, hay unos cables naturales por los que pasa el impulso eléctrico y si nosotros estimulamos el corazón de una forma diferente, poniendo el cable del marcapasos en un sitio en el que no están estos cables naturales, se ha visto que a la larga puede haber una disfunción del corazón, por la cual el el ventrículo puede dejar de contraerse de forma sincrónica para hacerlo de forma más desacompasada, puesto que el impulso eléctrico no le llega de la manera adecuada a los cables eléctricos naturales y eso debilita este músculo cardíaco, pudiendo provocar síntomas de insuficiencias cardíacas o la aparición de ciertas arritmias”, explica el doctor.

De hecho, más del 12% de las personas a las que se les instala un marcapasos en el corazón acaba desarrollando disfunción ventricular en el ventrículo izquierdo. En este contexto, investigadores del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar pusieron en marcha un estudio que ha permitido comprobar como cambiando el punto de activación del marcapasos dentro del corazón se pueden reducir de forma significativa los problemas de disfunción del ventrículo izquierdo y las complicaciones asociadas.

Un estudio único

Sobre los resultados de este estudio, Vallès, autor del trabajo, comenta que “si en lugar de clavar el electrodo que usamos para estimular el corazón en la punta del ventrículo derecho, como se ha hecho en los últimos años, lo clavamos en el tabique entre los dos ventrículos, bien profundo, para que llegue a estimular ese cable eléctrico natural del corazón, conseguimos una morfología casi como si ese corazón no llevara un marcapasos, puesto que el impulso está yendo por el cable normal y eso hace que los ventrículos se contraigan de manera sincrónica y no se produzca esa aparición de síntomas de insuficiencia cardíaca”.

En definitiva. situando el punto de estimulación del marcapasos en esta nueva ubicación, donde se encuentra el sistema de conducción natural del corazón, y no en la punta del ventrículo derecho, es posible recuperar el ritmo normal del corazón de una forma más natural, protegiendo el órgano de los efectos adversos de una activación del mismo no fisiológica.

Para llevar a cabo este estudio, que es el primero randomizado, controlado y ya no observacional, sino comparativo, que se realiza en todo el mundo en este campo, se estudió la evolución de 75 pacientes con un corazón sano -al que le fallaba el ritmo pero no tenía disfunción-, a los que se les implantó un marcapasos en el Hospital del Mar. A la mitad de ellos, se llevó a cabo el implante en la ubicación usual y al resto, en la nueva ubicación, entre los dos ventrículos, y se comprobó que, al cabo de seis meses, los ingresos por insuficiencia cardíaca habían disminuido de forma considerable, para pasar del 22% al 5%, lo que representa una caída del 75% cuando se comparan los dos grupos de pacientes.

Técnica como primera opción

Al respecto, cabe señalar que cuando un paciente desarrolla complicaciones derivadas de la colocación de una marcapasos, habitualmente es necesario llevar a cabo una segunda intervención para implantar un nuevo dispositivo y, entonces, éste ya se coloca en el tabique entre ventrículos, para, desde ahí capturar esa rama izquierda, que es ese cable principal del corazón. “En estos casos, dejamos de hacer funcionar el electrodo previo colocado en la punta del ventrículo derecho, pasamos a usar el electrodo de la nueva ubicación y la función ventricular se recupera por la estimulación de esta zona y desaparecen los síntomas”, indica Vallès.

Tras la publicación de estos resultados en la revista Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology, el doctor considera que “se han de confirmar estos nuevos hallazgos con otros estudios y en próximas revisiones de las guías clínicas se debería incluir la indicación de esta nueva técnica de implantación del marcapasos de manera más universal y no solo en los casos en los que ya haya disfunción cardíaca”.

De hecho, en el Hospital del Mar ya se está llevando a cabo un programa de estimulación de la rama izquierda como primera opción, porque, como indica el doctor, esta técnica no solo “tiene beneficios inmensos en el pronóstico, sino que además no conlleva una mayor tasa de complicaciones”. “Puede requerir más tiempo porque el electrodo se ha de colocar en un lugar en el que no es tan sencillo implantarlo y hay que aprender la técnica, pero no comporta ningún riesgo añadido”, concluye

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