El asalto sanchista a la Administración y las empresas

El asalto sanchista a la Administración y las empresas

Hay una ley excéntrica, lo digo porque no se cumple, que lleva por título «La Transparencia y el Buen Gobierno». Los altos cargos, comenzando por Sánchez, piensan que gobierno y administración es lo mismo. Por ello, la izquierda siempre asalta el poder, ya que tiene un concepto patrimonial. No sé muy bien qué debe creer que le debemos los españoles para que actúe como una descarada agencia de colocación al servicio de sus redes clientelares. No hay ningún atisbo de mérito y capacidad, como hemos comprobado con numerosos ministros, secretarios de Estado, directores generales no funcionarios y asesores. No hay más que ver al famoso Koldo. No llamó la atención, porque sus únicos méritos eran haber sido portero de discoteca y chico para todo de Ábalos. Se dice que portero de burdel, aunque desconozco el dato exacto y no me aventuraré en este sentido. En cualquier caso, vista la afición por el sexo de pago de los implicados socialistas en tramas de corrupción no me sorprendería. La preocupación por la prostitución en las filas socialistas ha conducido a que se pida que los usuarios de prostíbulos y saunas gay a la búsqueda de trabajadoras y trabajadores del sexo sean expulsados del partido. No hay mejor reconocimiento de una inquietante realidad.

La politización sanchista de la administración, las instituciones y las empresas públicas es un síntoma del deterioro de nuestro Estado de Derecho. Nunca se habían alcanzado unas cotas tan elevadas, así como de exasperante mediocridad y ausencia de profesionalidad en los nombramientos. El desprecio por el mérito y la capacidad refleja muy bien la realidad, salvo excepciones, del gobierno socialista comunista. Por ello, es inquietante que el sanchismo quiera ampliar su innecesaria presencia en el sector empresarial privado. Es un intervencionismo de raíz comunista o franquista, me es igual una u otra influencia, perpetrado por malos gestores que buscan el control político, el amiguismo y los sueldos que permitan favorecer a los amigos. Hay sectores, como la defensa o la tecnología, que mueven miles de millones de euros. Esto permitirá que los conseguidores, los visitadores y los intermediarios del PSOE, como sucede en RTVE, se hagan todavía más ricos.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)

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