Solo nos quedan dos días para conocer el resultado electoral en el País Vasco y saber si se materializa el sueño de Arnaldo Otegi, el sorpasso de Bildu al PNV que pronostican la mayoría de los sondeos. La Lehendakaritza, nada menos. De producirse ese escenario el domingo, podremos constatar que ha funcionado el blanqueamiento definitivo de ETA al que Zapatero dio un impulso definitivo durante su mandato, permitiendo legalizar a sus herederos y que, por tanto, accedieran a las instituciones públicas hasta llegar a este momento. Si te pones a analizarlo, Bildu puede darse con un canto en los dientes. Después de casi 900 asesinatos y mil agravios más a las víctimas, resulta que están en posición de ganar las elecciones vascas. Resulta que ha funcionado el machaqueo adoctrinador de décadas en las ikastolas, en los medios afines. Queda demostrado que, para el nacionalismo y el independentismo, ha merecido la pena perseverar, a largo plazo, en políticas que incluyen en su argumentario el olvido del terror, que conducen a una concepción equivocada e injusta de la historia reciente del País Vasco. Valdría lo mismo para el independentismo catalán, dedicado en cuerpo y alma a tergiversar la Historia en las aulas y en sus altavoces periodísticos, consiguiendo moldear la mentalidad de tanta masa votante.
Ahí tenemos a Pello Otxandiano con sus 40 años, su estética de progre abertzale, su perfil académico solvente, ecológico, melómano, criado en el microuniverso educativo y social de quienes odian todo lo que huela a España, salido directamente de las nuevas generaciones de Bildu. ¿Quién diría que este candidato de maneras modernas y pacifistas es más de lo mismo? Ha bastado con escucharle esta semana evitando tildar de terrorista a ETA, para que nos vuelva a recordar a Otegi y compañía. Disculparse, como ha hecho luego, por si sus palabras han ofendido a las víctimas, no es lo que se espera de él en Madrid. No es lo que pretende ahora mismo el PSOE. El propio Pedro Sánchez, desde Bruselas, recordaba ayer que a las cosas hay que llamarlas por su nombre y ETA, como todo el mundo sabe, fue una banda terrorista. Lástima que, una vez más, su partido peque de incoherente porque, como todo el mundo sabe, Bildu ha sido, es y muy posiblemente seguirá siendo un fiel aliado de este Gobierno.
Cuando llegue por fin la noche del domingo y sepamos quién ha ganado las elecciones –PNV o Bildu– lo más interesante será descubrir a quién apoyarán, a partir de entonces, los socialistas vascos. Y por qué. Aquí nadie da puntada sin hilo.
