Los frigoríficos de los colmados de Langa son muy pequeños y están atestados de botellas de dos litros de Coca-Cola. En esta barriada sudáfricana de viviendas prefabricadas y uralita es difícil encontrar comida fresca. En Langa hay pocos comercios y apenas dos supermercados llenos de comida procesada y con pocos productos frescos. No todas las viviendas pueden permitirse tener una nevera y cuando la tienen, lo que falla es la electricidad. Como en el resto del país, los apagones son diarios y duran varias horas. Además, no todo el mundo tiene acceso a agua potable.