El gobierno de la Xunta vive su mayor transformación en 15 años

El gobierno de la Xunta vive su mayor transformación en 15 años

No era simplemente una jornada más, sino la fecha marcada en rojo en el calendario para una evidencia -el inicio del debate de investidura- y para un anticipo -posibles cambios en la estructura de Gobierno de la Xunta-. Y Alfonso Rueda, que no se estrenaba en estas lides pero que sí que acudía al hemiciclo por primera vez como candidato a la Presidencia después de ganar unas elecciones, no defraudó.

Es verdad que no dio nombres, como era previsible que sucediese. Estos, las nuevas caras que han de conformar el Ejecutivo autonómico, se reservan para más adelante. No mucho. Este fin de semana, a más tardar el domingo, una vez que haya tenido lugar el acto de toma de posesión del sábado en Santo Domingo de Bonaval.

Pero frente a esa ausencia de nombres, el candidato popular avanzó una batería de cambios estructurales de la Xunta que supondrán la mayor transformación interdepartamental del Gobierno gallego en los últimos 15 años.

Cuando Alberto Núñez Feijóo accedió a la Presidencia de la Xunta en 2009, casi contra pronóstico, articuló un organigrama en el que se han ido sucediendo las caras, pero que ha permanecido bastante fiel a aquella estampa inicial.

Entonces, hace ya una década y media y bajo el paradigma de la austeridad ante una de las mayores crisis económicas que se recuerdan, Feijóo unificó departamentos y eliminó consellerías, fusionando Educación con Cultura y Ordenación Universitaria -hoy permanecen Cultura y Educación unidas-, o Economía con Industria, que ha pervivido, con mayores o menores atribuciones hasta el presente.

Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras -hoy Medio Ambiente, Territorio y Vivienda-; Sanidad; Trabajo de la mano de Bienestar; Medio Rural y Mar -que se unirían en 2011 para volver a separarse en 2015-; y la Consellería de Presidencia, luego vicepresidencia asumida siempre por el propio Rueda, configuraban aquel Ejecutivo popular de 2009 que, con los vaivenes propios del paso del tiempo, fue cambiando caras -la última, este último mes con la salida de Ethel Vázquez a la Mesa del Parlamento– y reestructurando competencias, pero respetando de modo bastante fiel aquella fotografía de partida.

Los cambios avanzados

La nueva mano en la baraja que ahora reparte Rueda cambia, sin embargo, las cartas alterando la posición de la partida. Así lo anticipaba ayer el candidato en el arranque del debate de investidura, donde a lo largo de su hora y media de intervención fue anticipando, dejando entrever, numerosos cambios en esa estructura gubernamental.

Así, por ejemplo, no dudó Rueda en destacar la importancia de la Galicia exterior, en particular con la apuesta por el retorno, que, si bien seguirá ocupando un papel preponderante en el nuevo Gobierno gallego, cambiará sus dependencias. La Secretaría de Emigración, hasta la fecha vinculada a Presidencia, pasará a depender de Empleo.

No será, por lo tanto, Consellería, uno de los viejos anhelos de algunas comunidades del exterior. Consellería que sí podría alcanzar Política Lingüística después de que Rueda apostase durante su intervención por “un mayor peso de la política lingüística” en el organigrama de la Xunta.

Hasta la fecha, este departamento tenía el rango de Secretaría General. En caso de ascender, podría vincularse a Cultura, que se separaría de Educación, que asumirá la investigación científica que se encuadraba en Economía e Industria.

Ésta recibirá a cambio, atendiendo al discurso de Rueda, las competencias de suelo industrial, que abandonan Medio Ambiente buscando una mayor agilidad en los procesos. Y en ese trasvase entre estas dos consellerías, Medio Ambiente recibirá desde Economía la gestión de los parques eólicos de la Comunidad, uno de los puntos calientes de la actualidad.

En este marco, falta por ver el peso real de la vivienda en la nueva Xunta, área que Rueda ha señalado en varias ocasiones como fundamental, y que podría dotar de un mayor peso político otorgándole también una consellería. Y está por confirmar, también, la situación de la enseñanza, proceso definido por el candidato como “integral”.

No en vano, durante la campaña, tras el anuncio de las Rueda anuncia la primera matrícula gratis para todos los universitarios gallegos si gana las elecciones, Rueda ha hablado una y otra vez de que en Galicia el proceso educativo no tendrá coste alguno para las familias desde la primera hasta la última etapa, desde la educación infantil hasta la universitaria. Una enseñanza infantil que, sin embargo, en estos momentos depende de Política Social.

Y todo ello sin olvidar la creación de una nueva dirección general, centrada en los Asuntos Constitucionales y que nace con la voluntad de “coordinar la defensa de la legislación gallega ante el Estado”.

Sea como fuere, el árbol ha comenzado a moverse y los frutos están cayendo. El próximo domingo, tras la previa proclamación del candidato, se podrá observar la naturaleza definitiva de los mismos, poniendo, también, nombre y apellidos a cada consellería y cerrando así, el mayor cambio estructural de la Xunta desde hace una década y media.

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