El Supremo de EEUU se inclina por no restringir el uso de la píldora abortiva

El Supremo de EEUU se inclina por no restringir el uso de la píldora abortiva

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha escuchado los argumentos orales en un caso que, según los expertos, podría alterar la confianza de la sociedad estadounidense sobre la capacidad de la autoridad sanitaria (FDA, por sus siglas en inglés) para establecer la prescripción de medicamentos en el país. Los jueces se mostraron escépticos sobre si los demandantes que buscan limitar el acceso a la comúnmente conocida como «píldora del aborto» tienen el sustento legal necesario para perseguir el caso. La diligencia de ayer fue para escuchar los argumentos de apelación de la Administración Biden de un fallo de un tribunal inferior que limitaría cómo se receta y distribuye la mifepristona.

El caso comenzó en 2022 cuando un grupo de médicos antiaborto presentó una demanda asegurando que la FDA no había hecho lo suficiente para garantizar la seguridad del medicamento unas dos décadas antes, cuando se aprobó su distribución. Según este grupo, los cambios regulatorios de la Administración de Alimentos y Medicamentos –que permite los abortos medicados hasta las 10 semanas de embarazo en lugar de siete y avala la entrega por correo del fármaco sin que una mujer primero vea a un clínico en persona– obliga a los médicos a «violar sus conciencias porque a menudo se les pedirá que traten complicaciones de ese tipo con medicamentos».

Más tarde, el juez texano del Tribunal de Distrito Matthew Kacsmaryk –designado por el entonces presidente Donald Trump– emitió un fallo bloqueando su aprobación, con un plazo de siete días para la entrada en vigencia de las restricciones, a espera de una apelación.

El gobierno de Biden intervino para impedir un bloqueo completo, logrando que el fármaco estuviese disponible solo hasta las primeras siete semanas de embarazo, tres menos que antes, y que fuese recogido en persona. Acto seguido, el Departamento de Justicia llevó el caso a la Corte Suprema, alegando que la restricción tendría graves consecuencias para las mujeres y la industria farmacéutica.

La mifepristona es uno de los dos medicamentos más usados para los abortos con pastillas en Estados Unidos. Fue aprobada por la FDA en año 2000 y ha sido usada por más de 5 millones de mujeres para interrumpir de manera segura sus embarazos tempranos, según la organización Planned Parenthood. De hecho, hoy más de la mitad de todos los abortos documentados en el país son abortos con medicamentos.

Los datos de cientos de estudios y 23 años de uso aprobado han demostrado que la mifepristona es altamente segura y eficaz, según 12 de las asociaciones médicas más respetadas del país, incluido el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos y la Asociación Médica Estadounidense, que firmaron un amicus escrito en el caso de Texas.

Esta combinación de medicamentos para el aborto también está disponible en más de 60 países más. Desde su aprobación. ha habido 5 muertes asociadas a la mifepristona por cada millón de personas que la usaron, según la FDA. Eso significa que la tasa de mortalidad es del 0,0005 %.

Argumentando a favor de la Administración, la procuradora general Elizabeth Prelogar dijo a los jueces que los demandantes carecían del sustento legal adecuado para plantear el desafío y pidió a la corte que “ponga fin a este caso”.

Para ellos, no se ha podido demostrar que los médicos hayan podido verse perjudicados de una manera que pueda atribuirse a la FDA. Por su parte, el juez conservador Samuel Alito, quien redactó el fallo de la Corte en 2022 que revocó el precedente de Roe v. Wade de 1973 que reconocía un derecho constitucional al aborto, desafió a Prelogar a identificar quién podría demandar a la FDA. “¿Hay alguien que pueda demandar y obtener un fallo judicial de que lo que hizo la FDA fue legal?” preguntó Alito. “¿No debería alguien poder impugnar eso en la corte? ¿Quién?” Cuestionada por algunos de los jueces, Erin Hawley, la abogada que representa a los demandantes, les dijo que sus clientes tenían el sustento legal necesario para demandar.

Esta es la primera vez que el aborto llegó ante la Corte desde que los mismos jueces revocaron Roe v. Wade en 2022, y que llevó a que los estados conservadores de todo el país prohibieran o restringieran severamente el procedimiento.

En Estados Unidos, la media de encuestas de Real Clear Politics reveló entonces que un 61% de ciudadanos están en favor del aborto legal y de hecho este tema se cree fue uno de los debates movilizadores del voto femenino en las pasadas elecciones de medio término que acabaron dejando el Senado en manos de los demócratas.

Los defensores y opositores de los derechos al aborto, separados por una barrera fuera del tribunal, aplaudieron cuando los abogados salieron de la Corte Suprema después de que terminaran los argumentos. La acera estuvo abarrotada de manifestantes, muchos de ellos sosteniendo carteles, tratando de hablar y corear por encima unos de otros.

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