Ya que en el eclipse que tendrá lugar la próxima semana en Norteamérica, la Luna, aunque solo sea por ponerse en medio, en cierto modo, se convertirá en protagonista, hablemos por un momento de ella. Analicemos el hecho fortuito de tener un satélite natural que es 400 veces más pequeño que el Sol y de que esté también 400 veces más cerca. Una casualidad cósmica a la que tenemos que dar las gracias, ya que permite, ahora, la posibilidad de que un eclipse solar pueda ser total.