El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, busca una victoria arrolladora este domingo en las elecciones municipales, algo que le permitiría noquear a la oposición y darle el impulso para plantear un ansiado cambio constitucional de gran calado. Sin embargo, varios factores arrojan incertidumbre sobre el resultado: la difícil situación económica de las familias ―con una inflación que se resiste a bajar del 60%―, la división de la oposición tras la dura derrota en las presidenciales del año pasado y el surgimiento de un nuevo partido islamista a la derecha del AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo), la formación que dirige Erdogan. Cambios de unos pocos puntos porcentuales en determinadas provincias pueden provocar vuelcos en los ayuntamientos y marcar la diferencia entre una victoria arrolladora del líder turco, un triunfo pírrico o un fiasco. Y todo ello por el particular sistema electoral turco, en el que sale elegido alcalde directamente el candidato con más votos, sin importar los porcentajes.