Cuando hablamos de comportamientos que favorecen los
accidentes de tráfico, solemos pensar en el alcohol, en las drogas o
en la conducción temeraria. Y es cierto, todos estos comportamientos son
factores asociados con una gran proporción de accidentes de tráfico. Sin
embargo, también hay otros muchos elementos que pueden provocar un accidente y
que, sin embargo, solemos descuidar.
Un buen ejemplo de ello es el de no mantener limpio el
parabrisas. Este “descuido” es bastante más peligroso de lo que solemos pensar,
porque la suciedad en el cristal frontal del coche puede provocar una pérdida
de visibilidad de entre un 20% y un 30%, lo que claramente representa un riesgo
significativo para la seguridad del conductor, los pasajeros y cualquier otro
usuario de la vía.
¿Un parabrisas sucio es motivo de multa?
Aunque muchos puedan pensar que conducir con un parabrisas
sucio no está clasificado como una infracción, deberíamos leer con detenimiento
el artículo 19.1 del Reglamento General de Circulación. Este artículo estipula
claramente que “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en
todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que
circule sin interferencias de láminas o adhesivos”.
Es decir, que la presencia de suciedad en el parabrisas es
permisible, siempre y cuando esté dentro de un límite razonable y no comprometa
la visión clara y perfecta de la carretera. Sin embargo, en caso contrario, se
deja en manos de la interpretación subjetiva de los agentes de tráfico decidir
si la visibilidad del conductor se ve afectada hasta el punto de comprometer la
seguridad vial y si, en consecuencia, es necesario imponer una multa. Una multa
que puede ascender hasta los 80 euros o incluso hasta los 200 euros, en casos
extremos.
Cabe señalar, eso sí, que una interpretación rigurosa de
esta norma podría llevar a considerar incluso objetos comunes como un
ambientador o un rosario colgados del retrovisor como una infracción de este
artículo, ya que podría obstaculizar la visión del conductor a través del
cristal. Sin embargo, los agentes de tráfico no imponen multas por ese motivo.
Así que no parece necesario que nos preocupemos demasiado por una multa. Dicho
esto, sí que debemos preocuparnos, y mucho, por mantener una visibilidad óptima
cuando estamos conduciendo.
¿Es peligroso poner agua y jabón en lugar de líquido limpiaparabrisas?
Es un error muy común entre los conductores llenar el
depósito del líquido limpiaparabrisas con agua y jabón friegaplatos. A primera vista, este acto
puede parecer inofensivo, pero en realidad, puede causar daños al vehículo y
comprometer seriamente la mecánica del mismo. Es absolutamente crucial que los
conductores entiendan la importancia de usar solo líquido específico para
limpiaparabrisas en sus vehículos.
La razón principal de esta recomendación se debe a la
temperatura. Es un hecho bien conocido que el agua se congela a 0 grados, así
que en invierno, cuando las temperaturas pueden descender fácilmente a estos
niveles, el agua en el depósito del limpiaparabrisas puede congelarse. Esta
congelación no es un mal menor, pues supone dos problemas significativos: la
falta de líquido para limpiar el parabrisas y el posible daño al depósito o a
los conductos del líquido. Este último problema se debe a que el agua aumenta
su volumen al congelarse, lo que puede provocar una avería grave en el sistema
de limpiaparabrisas.
Por tanto, es esencial utilizar un líquido específico para
limpiaparabrisas. Estos líquidos se pueden encontrar fácilmente en garrafas de
alrededor de 5 litros y tienen un coste inferior a 5 euros. Lo que representa
una inversión pequeña comparada con los beneficios que aportan. Porque su uso
asegura una limpieza adecuada del parabrisas. Algo que, como decíamos
anteriormente, supone una imprudencia y un peligro.
El truco del alfiler para mejorar la efectividad de los limpiaparabrisas
Un factor crucial que afecta considerablemente la
efectividad de los limpias es el chorro de líquido que se dispara
contra el parabrisas. En ocasiones, este chorro no tiene la suficiente presión
o no sale en la dirección correcta, lo cual puede limitar su capacidad para
limpiar eficazmente el parabrisas. Ante esta situación, es importante saber que
existe un truco bastante útil que puede ayudar a solucionar este problema.
Este método, simple pero efectivo, consiste en insertar
cuidadosamente un alfiler en el orificio de salida del líquido
limpiaparabrisas. Al hacer esto, es posible desatascar cualquier residuo que
pueda estar obstruyendo el sistema. Este procedimiento permite que el líquido
sea expulsado con la presión adecuada y en la dirección correcta, mejorando la
eficacia de la limpieza del parabrisas.
Sin embargo, si después de realizar este procedimiento, el
chorro de líquido aún no sale con la presión o dirección adecuadas, podría ser
necesario repetir el proceso. En caso de que persista la dificultad, puede ser
prudente considerar la opción de llevar el vehículo a un profesional para su
revisión y mantenimiento. Un experto podrá examinar el sistema de limpiaparabrisas
a fondo y realizar los ajustes necesarios para asegurar su correcto
funcionamiento.
