Francia gasta más de lo que ingresa, mucho más, y Emmanuel Macron —calificado de presidente neoliberal por sus rivales y él mismo convencido de que la credibilidad de su país depende de unas cuentas públicas equilibradas— no logra controlarlas. Hubo en 2023 un agujero de 154.000 millones de euros, un déficit de un 5,5% del producto interior bruto, según publicó este martes el INSEE, el instituto estadístico francés.