La pasión por la lectura se hace hueco en Castilla y León

La pasión por la lectura se hace hueco en Castilla y León

El Club de Lectura de Valladolid inició sus primeros pasos
en noviembre de 2023, y lo hizo a través de un mensaje en redes sociales de su
fundadora, Gisele Casares. Ella puso en marcha toda la maquinaria de este
pequeño club que, en un principio, solo llegó a unas pocas personas de
Valladolid, pero que cinco meses después, suma más de una treintena de socias
de toda Castilla y León y trabaja para la puesta en marcha de actividades y
eventos que pongan de relieve la Comunidad autónoma como punto de encuentro
literario.

La pasión por la lectura y las ganas de compartir este hobby
con otros amantes de los libros llevó a Casares a crear en Instagram un perfil
dedicado a la lectura, donde publicar fotos y reseñas sobre sus lecturas y
recomendar libros a otras personas. “Surge del hobby tan solitario que es ser
lectora. Me creé la cuenta únicamente para subir reseñas de los libros que
había leído y me di cuenta de toda la gente que había haciendo lo mismo”,
explica.

Fue entonces cuando pensó que se podría ir un paso más allá,
y en lugar de comentar las lecturas únicamente a través de una pantalla,
hacerlo también en persona. “Los clubes juveniles presenciales no estaban en la
ciudad y me lancé a crear el mío propio”, afirma. Su sorpresa fue mayor cuando
no solo se sumó gente de Valladolid, sino que también mostraron interés por
participar personas de otras provincias de Castilla y León.

Hoy en día, el Club cuenta con 35 miembros. La mayoría
proceden de Valladolid o de pueblos cercanos, aunque también hay participantes
de Palencia, Burgos o Segovia, que viajan hasta la capital vallisoletana cada
mes para asistir a las reuniones del club. “Es algo que todavía me cuesta
asimilar”, reconoce Gisele Casares.

Desde su puesta en marcha en noviembre del pasado 2023, el
Club no ha dejado de crecer, tal y como señala su fundadora. “Hemos pasado de
reunirnos mensualmente para comentar un libro a contar con autores de forma
presencial o por videollamada para charlar con ellos”, explica. De hecho,
quieren dar un paso más y desde hace unos meses trabajan intensamente para
lograrlo.

En este punto, Casares avanza que ha habido “primeros
contactos” con instituciones locales, y ya trabajan con ellas para organizar
“cosas muy interesantes que tienen que ver con la literatura”. Por el momento
no quiere desvelar en qué consisten esos proyectos, aunque avanza que preparan
un gran evento que “convertirá a Valladolid en centro de la literatura”, y se
prevé que pueda ser realidad en unos meses. “Es muy interesante y algo
totalmente nuevo en la capital”, añade.

Dado el amplio alcance que ha tenido el Club en otras
provincias de la región, Casares no descarta organizar eventos fuera de
Valladolid y acercarlos también a otras zonas de la comunidad. “El club como
tal es de Valladolid y lleva la ciudad por bandera, pero en el tema de eventos
hay intención de moverlo por toda la Comunidad”, adelanta.

El gran crecimiento que ha cosechado el Club en apenas unos
meses se puede apreciar en su constitución como Asociación, algo que ya han
hecho oficial entre sus miembros, aunque todavía están terminando de
confeccionar los trámites administrativos correspondientes. Casares se muestra
muy satisfecha de la evolución que está teniendo este proyecto, especialmente
por la acogida. “La gente del Club ya se volcaba antes, pero en cuanto quisimos
dar un paso más allá, mostraron todo su apoyo y alegría”, afirma.

Un apoyo que extiende también a las editoriales y a los
propios autores, que participan tanto presencial como virtualmente en los
encuentros. En este punto, la fundadora del Club explica cómo es el proceso de
contactar con las editoriales y los autores para lograr que participen en el
Club. A lo largo de estos meses, escritores como Andrea Longarela, Abril
Camino, Pablo Rivero, Violeta Reed o Cherry Chic han asistido a reuniones
mensuales del Club para presentar sus últimas novelas o comentar sus procesos de
escritura.

“A ellos también les gusta disfrutar de un club como tal, de
alguien a quien preguntarle su opinión de tú a tú”, añade Casares, que afirma
que el Club no solo le ha permitido poder conocer más a autores que admira,
sino también gente a la que hoy “considera amigas”. “He descubierto lo que es
el apoyo mutuo por la ilusión de un mismo proyecto”, añade.

Las redes sociales y la lectura

El Club nació de las redes sociales y por eso Gisele Casares
es consciente de lo importantes que son para la promoción de la lectura. De
hecho considera que la forma de acercar la lectura a la gente joven está
“cambiando” en parte por aplicaciones como Instagram o TikTok. “Ahora la
lectura tiene su propio sitio en Instagram”, afirma en referencia a la
comunidad de Bookstagram, cuyo nombre proviene de la unión del propio nombre de
la red social y ‘Books’ (libros en inglés). Una comunidad que cuenta incluso con
‘influencers’ dedicadas solo a este sector y que llegan a un gran número de
personas, la mayor parte de ellas, gente joven.

“La gente joven al final es la que mueve, y lo bueno de la
lectura es que no es una moda como tal. Suele ser una pasión, una desconexión,
un disfrute, y por eso la gente que se conoce a través de ella encaja tanto. No
son modas, son hobbies compartidos”, concluye.

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