Casi cualquier indicador sanitario muestra cómo la asistencia privada va comiendo terreno a la pública. Es una tendencia que comenzó a principios de este siglo y que tomó fuerza tras la pandemia, con la saturación de la Atención Primaria y unas listas de espera cada vez más abultadas en el Sistema Nacional de Salud. Madrid y Baleares están a la cabeza de esta privatización, según un informe presentado este miércoles por la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).