Tony Estanguet, presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de París, duerme tranquilo. Cuando, durante un almuerzo con periodistas hace unos días en un restaurante italiano en el extrarradio norte de París, se le preguntó qué le inquietaba a unos meses de la ceremonia inaugural, el 26 de julio, respondió: “A mí, personalmente, no gran cosa”.