Las encuestas plantean un dilema a ERC: Puigdemont o Illa

Las encuestas plantean un dilema a ERC: Puigdemont o Illa

A menos de 48 horas de que inicie de forma oficial la campaña de las elecciones catalanas, los últimos sondeos muestran una certeza inequívoca sobre qué fuerza política obtendrá más apoyo entre los electores. El PSC de Salvador Illa volvería a ganar las elecciones, como ocurrió en 2021, aunque esta vez con mucha más holgura, superando con creces la tímida victoria de la última contienda electoral, donde sólo pudo superar a ERC en votos -empataron a 33 escaños-, y ni siquiera vio factible presentarse al debate de investidura. Entre 38 y 44 escaños obtendrían los socialistas catalanes. En segundo lugar, según las encuestas, la candidatura de Carles Puigdemont al frente de Junts culminaría el sorpasso frente a ERC, por lo que los republicanos, en tercera posición, sólo podrían ser decisivos en función de su apoyo a uno u otro candidato. Puigdemont, en este caso, rondaría los 30-35 escaños, mientras que el actual presidente en funciones, Pere Aragonès, conseguiría alrededor de 25-30 parlamentarios. Con este escenario, que en cualquier caso deberán validar los catalanes en las urnas -y todavía quedan dos semanas de campaña por delante-, sólo Puigdemont e Illa tendrían opciones de ser presidentes. Ambos, por contra, necesitarían del apoyo de ERC para ello, que debería decidirse por una u otra opción. Y no lo tiene claro.

El escenario que parece más evidente es que los independentistas, si consiguen sumar una mayoría absoluta -también por ver- pacten entre ellos, como llevan haciendo más de una década, inclusive esta última legislatura con ERC al frente. Las relaciones entre ambos, no obstante, pasan por su peor momento. En el seno de la formación republicana no entienden que Puigdemont esté hablando de rehacer una «unidad del independentismo» que ellos mismos quebrantaron saliéndose del Govern. Tienen la sensación de que Junts sólo está interesado en pactar con ERC cuando va por delante, y no al revés, lo que ha motivado valoraciones tan crudas como el «egoístas» que dedicó el presidente de la formación, Oriol Junqueras, respecto a sus antiguos socios. El principal motivo político del divorcio entre ambos partidos, por otra parte, ha sido la «estrategia» a seguir en Madrid. Junts considera que ERC ha apoyado al Gobierno de Pedro Sánchez prácticamente a cambio de nada, mientras pretenden erigirse ante la opinión pública como la única formación capaz de amedrentar «de verdad» con sus amenazas al ejecutivo del Estado. Y obtener, a cambio, lo que quieran.

En cualquier caso, si hay mayoría, la masa social independentista, más uniforme que sus dos grandes representantes, no entendería que ésta no se plasmara en un nuevo Govern de coalición, por lo que ERC debería explicar con detalle a sus votantes cualquier movimiento que no fuera en esta dirección. A esto se le añade la posibilidad de que para alcanzar esta mayoría deban sumarse los votos de Aliança Catalana, formación ultraderechista e independentista que entraría en el hemiciclo con hasta 4 diputados. ERC tendría aquí una línea roja -pactar con la extrema derecha-, pero también una justificación para dar plantón a Junts y hacer efectivo un ejecutivo de corte progresista con el PSC de Salvador Illa.

En esta fórmula, que sí parece con más opciones de contar con una mayoría absoluta amplia, también entrarían los comunes. De hecho, es lo que reclama la formación integrada en Sumar. También se trata de la única fórmula que ve posible Illa para poder ser investido presidente, por mucha ventaja que obtenga en número de escaños respecto a Junts. ERC coincide con los comunes en muchas de las propuestas de ámbito social. Tampoco pasan por su mejor momento las relaciones entre ambos partidos, no obstante, tras no ponerse de acuerdo en relación a los Presupuestos que motivaron esta convocatoria electoral. PSC y Sumar gobiernan juntos en España, por lo que tampoco sería un problema en este sentido alcanzar un acuerdo de investidura más allá del conflicto que pueden plantear asuntos de vital importancia como la ampliación del aeropuerto de El Prat o el macrocomplejo hotelero del Hard Rock. En este caso, ERC, que se sentiría más cómodo en relación con la forma de gobierno, debería renunciar a su agenda secesionista, que ha recuperado para la campaña tras la inacción de su Govern en este sentido. Aseguran que plantearán al Gobierno una propuesta de referéndum acordado, una medida que no entra en los planes de Illa y tampoco de Sumar. En cualquier caso, ERC pretende ganar las elecciones. Confían en que el dilema sea, por contra, cual de los dos les apoyará.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *