El economista Juan González Herrero, CEO del conglomerado financiero Herrero Brigantina, prometía con entusiasmo a los 35.000 clientes que decía tener en Europa beneficios de hasta el 50% en 10 años. Su presunta fórmula de éxito se basaba en indescifrables productos de inversión ligados a seguros. Reputados médicos, empresarios y profesionales liberales sucumbieron a la pirotecnia verbal del visionario. Y, aunque no consta que estos ahorradores anónimos dispararan su fortuna, existen evidencias de que González Herrero y su círculo más íntimo -sus dos primos y su esposa- se enriquecieron antes de que arreciaran las primeras sombras de impagos. Así lo revelan centenares de documentos internos de la compañía a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Informes contables confidenciales que todavía no han aterrizado en la mesa del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que indaga a la corporación por una presunta estafa de 40 millones.