Marjane Satrapi: «Le daría una bofetada a Borrell por no considerar a Irán un Estado terrorista»

Marjane Satrapi:  «Le daría una bofetada a Borrell por no considerar a Irán un Estado terrorista»

La lucha por la libertad perdida es uno de esos combates que el ciudadano debe tener siempre presente aún no habiéndolo experimentado. A él siempre se ha acercado como eje fundamental de su obra la iraní Marjane Satrapi (Racht, Irán, 54 años) que llegó exiliada a Francia para estudiar y creó un artefacto explosivo en forma de cómic, «Persépolis», que ha dado más dolores de cabeza al [[LINK:TAG|||tag|||63361488ecd56e3616931d8f|||régimen iraní]] que la mayoría de reportajes o artículos publicados sobre la situación de la mujer y las libertades desde la revolución de 1979 que derrocó al Sha de Persia y aupó al poder al ayatolá Jomeini. Una historia cuya esencia y mérito es situarse en el cruce entre biografía e historia contemporánea para trascender después a miles de lectores y lectoras de todo el planeta. La historietista y cineasta, reconocida internacionalmente por su novela gráfica y la película homónima, es ahora premiada con el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2024. El jurado destaca a Satrapi como «una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad, un símbolo del compromiso cívico liderado por las mujeres» y recuerda que en «“Persépolis” plasma ejemplarmente la búsqueda de un mundo más justo e integrador».

[[QUOTE:PULL|||”El futuro de Irán pasa por las mujeres”|||Marjane Satrapi]]

«Persépolis» rompió perjuicios tanto para lectores como para espectadores más tarde en la gran pantalla al mostrar una niña de una familia iraní en los 70 más moderna y avanzada que incluso una familia prototipo de muchos países de la Europa occidental. Ni qué decir de la España de aquel momento. Y, de repente, la imposición del velo y con él, todo el aparato represivo de los ayatolás. Una historia de libertad perdida y opresión que a la vez es universal y se plasma con un dibujo sencillo, en blanco y negro, de línea muy esquemática y expresiva que la autora mantuvo después en obras posteriores. Más tarde se dejó convencer para adaptar «Persépolis» a cuatro manos con Vincent Paronnaud para el cine y esto le valió el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2007 y, luego, la primera nominación de una creadora por el mejor filme de animación en la historia de los Oscar. El año pasado volvió a la carga con [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/cultura/literatura/mujer-vida-libertad-heroinas-capa-velo_20231122655dfb6b533bd20001e5ad91.html|||«Mujer, Vida y Libertad»]] para contar la muerte el 16 de septiembre de 2022, de Mahsa Amini, la mujer de 22 años detenida por la policía de la moral por no llevar bien el velo obligatorio. Contó su historia y lo que vino a continuación: una ola de protestas y una represión brutal.

Satrapi sigue preguntándose en voz alta si ha conseguido cambiar algo con sus libros. Así nos lo ha confesado a los periodistas en un encuentro por videoconferencia al que ha asistido «La Razón». «Estoy contenta con el premio pero lo importante es que sirva para algo, que aporte luz» ha dicho Satrapi para después lamentarse al tener la «sensación de sólo convencer a los ya convencidos». Satrapi ha reconocido el «estrés terrible» que le genera, a ella que odia que le hagan fotos, verse recogiendo el premio, rodeada de focos y flashes disparando. Pero al mismo tiempo, no duda en dedicárselo a un rapero «condenado a muerte por cantar a la libertad» en Irán y a la revolución en su país Pocos dudan de que el torbellino de ideas creativas y sus férreos principios han sido una combinación letal que ha traspasado fronteras para pellizcar conciencias sobre lo que sucede en Irán. Sus libros y alguna de sus películas muestran el fiel reflejo de la Satrapi en la vida real, incluso en algunas de sus películas como «La banda de los Jotas» aparece interpretándose a sí misma. Satrapi siempre pensó que nunca regresaría a Irán pero los acontecimientos del último año y medio alteraron sus expectativas: la revolución posterior a la muerte de Mahsa Amini a manos del régimen hizo que pensara en la posibilidad ya olvidada de algún día volver a su país. «La situación incluso se ha agravado en los últimos tiempos», cuenta Satrapi a los periodistas, explicando que el combate contra el fanatismo religioso es el motor creador que la mueve para trabajar y el método es hacerlo sola, con un feminismo militante pero sin estar vinculada a ninguna asociación para así poder mantener una independencia que para ella es esencial.

Satrapi insiste en describir la situación que vive su país como un rapto, en el que una minoría tiene secuestrada desde hace casi medio siglo a una mayoría. Que el país ha avanzado y se han modernizado mientras el régimen permanecía detenido en el tiempo o retrocedía. Con respecto a la religión, critica que «el problema es el fanatismo, porque la gente cree que ya no tiene que pensar. No es un problema de religión, sino de gente que piensa y gente que no», ha dicho durante el encuentro con periodistas tras conocerse el premio. Y ha ido más lejos: «Hay muy pocas diferencias entre un cristiano fanático y un musulmán fanático o un judío fanático, básicamente es lo mismo, el fanatismo es el fanatismo, este es el gran problema con las religiones en el mundo».

La dibujante asegura que «el gran problema de la religión es que no deja hablar ni pensar a la gente. La mezcla de la religión, el Estado y el fanatismo arroja resultados nefastos». La autora iraní, que encaja en una generación de historietistas franceses que en los 90 se reunían en su taller de la plaza de los Vosgos como Joann Sfar, Christophe Blain o Emmanuel Guibert, ha admitido tenido palabras muy duras contra Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, por sus palabras hacia Irán. «Estoy muy enfadada él, si lo tuviera delante le daría un bofetón porque creo que lo que está haciendo no está nada bien», ha señalado. La dibujante se refería a que Borrell no vea Irán como un estado «terrorista»: «Borrell dice que los Guardianes de la Revolución no son una organización terrorista. Yo diré que Irán está llevando a cabo muchas guerras en Irak, Yemen o Siria… hasta cinco. Todos esos grupos terroristas no funcionarían sin la ayuda de Irán. ¿Qué pruebas necesitan?». Luego aseguró: «El futuro de Irán pasa por las mujeres» y apuntó que «La revolución feminista solo puede llegar a alguna parte si se cuenta con las mujeres. El año pasado se ejecutaron a más de 800 personas. Cuando la mitad de la sociedad no tiene sus derechos, entonces nadie los tiene».

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