Podemos se desintegra y regala tres escaños a Bildu

RMAG news

El ejemplo perfecto de la derrota. Podemos avanzó a pasos acelerados su proceso de desintegración ayer. Un camino que solo cuenta con una oportunidad más antes de confirmar el abismo de una formación política que llegó a gobernar en Moncloa, comunidades y ayuntamientos. Las elecciones europeas serán su gran prueba de fuego antes de su desaparición total. Los morados perdieron los seis escaños que consiguieron en las pasadas elecciones autonómicas. Una descomposición que empezaron entonces cediendo cinco respecto a 2016.

Los morados llegaron a ser primera fuerza política en País Vasco en las elecciones generales de 2015 y 2016, por lo que el fracaso en esta comunidad es todavía más dolorosa para ellos. El partido aspiraba, al menos, a contar con un diputado por cada provincia. Su poder pasó a manos de Bildu, en hasta casi tres escaños con toda seguridad, dos que se fueron a la saca del PSE y el último escaño, que sirvió para que Sumar se salvara de la bancarrota. La perdida de Podemos es doble. Y es que los morados fueron los perdedores en la pugna con Sumar. Esperaban incluso, como apuntaban las encuestas, quedar por encima de la formación de Yolanda Díaz en la noche electoral. Los resultados demuestran también el fin del efecto movilizador del que hasta ahora disponía el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que acudió a arropar a Elkarrekin Podemos en la recta final de la campaña.Tenían a su favor la candidata elegida. La confianza depositada de nuevo en Miren Gorrotxategi, la líder de Elkarrekin Podemos, quien, además de ser la única candidata a lendakari experta, al haberse presentado también a las pasadas elecciones, cuenta con una buena aceptación entre la ciudadanía según las encuestas. «Asumimos este duro golpe porque creemos que nuestro proyecto es muy necesario para el futuro y vamos a seguir trabajando», reconoció la coordinadora general del partido en País Vasco, Pilar Garrido.

La tendencia del fiasco se confirma, después de haber desaparecido en las elecciones gallegas e, incluso, quedar en esa comunidad autónoma por detrás del partido PACMA. El retroceso morado comenzó a construirse en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, donde desaparecieron de Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias, tras haber perdido ya anteriormente la representación en Cantabria y Castilla-La Mancha.

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