La ciudadanía mayor de edad ha expresado su voluntad política este domingo 21 de abril, cuando han sido llamados a las urnas. Las elecciones en el País Vasco decidirán cual o cuáles partidos tendrán representación política durante el siguiente mandato en la región vasca.
Hasta el momento, la gobernabilidad del País Vasco dependía de un pacto entre el PNV (31 escaños) y el PSE-EE (10 escaños), que situó a Íñigo Urkullu como lehendakari.
El pueblo vasco se ha pronunciado sobre si quiere mantener esta coalición entre los nacionalistas de derechas y el partido de Pedro Sánchez, socios también en el Congreso de los Diputados.
Los focos se han proyectado principalmente sobre si EH-Bildu sobrepasaba finalmente o no en escaños al PNV, como principal fuerza independentista de la región.
Otro de los frentes a resolver, sobre todo de cara a su proyección nacional, es el que divide al ala más a la izquierda del espectro político: la batalla electoral entre Podemos Euskadi y Sumar, que buscaban ambos entrar por la mínima en el Parlamento vasco con al menos un representante.
Vox, por su parte, busca mantener el único escaño que tenía en el País Vasco, ya que perderlo significaría perder toda la representación autonómica en la región.
La clave de la gobernabilidad reside en el PSE-EE (la marca del PSOE en Euskadi) y en el Partido Popular, ya que la mayoría absoluta en la cámara legislativa vasca se sitúa en los 38 escaños.
Los pactos que puedan salir a raíz de estas elecciones tienen gran influencia en la política a nivel nacional y autonómica de los próximos años, donde los partidos deberán elegir con quién pactan y bajo qué condiciones, pudiendo hacer frente común en algunas regiones para evitar concederle el poder a sus rivales políticos.
