Ana Estrada Ugarte, la primera peruana en conquistar su derecho a una muerte digna, ya descansa en paz. Este domingo, tras una compleja batalla en los tribunales y el ojo público, accedió a la eutanasia a los 47 años. A los doce, Estrada fue diagnosticada con poliomiositis, una enfermedad autoinmune, crónica y degenerativa que le quitó movilidad hasta postrarla en cama. Sin embargo, ello no le impidió continuar con su vida: estudió psicología, escribió poesía y parte de sus memorias en un blog, inspiró un fotolibro, pero sobre todo se convirtió en el rostro de una causa justa.