Se dice que una imagen vale más que mil palabras. Los terroristas del Estado Islámico tienen aprendida, en su aspecto más siniestro, esta lección.
Acaban de subir a sus redes sociales la quema de una iglesia en Nasua, en la región de Erat en Nampula, al norte de Mozambique. No escatiman detalles, incluida la fotografía de un cristiano asesinado, que no se publica por respeto a la ví9ctima.
Estos sujetos persiguen hasta la muerte a los que osan publicar imágenes del profeta Mahoma o se les ocurre quemar o romper ejemplares del Corán. Hay que respetar los símbolos de cada religión y lo que resulta ofensivo para sus creyentes, pero es algo que deben hacer todos.
