Sentencia express: Daniel Sancho por fin declara en un juicio fuera de control

Sentencia express: Daniel Sancho por fin declara en un juicio fuera de control

Al fin con aire acondicionado, aunque a baja potencia, Daniel Sancho declaró ayer a preguntas de su defensa. Hoy ha sufrido más en sus respuestas, ya que le ha tocado contestar al fiscal y la acusación. Se le esperaba con cierta ansiedad desde la semana pasada, e incluso ayer estaba tan en duda su participación como en el día de hoy, pero finalmente, y tras declarar un policía de inmigración y dos de la comisaría de Koh Phangan, Sancho trató de defender su causa. El obstáculo más alto a superar, que hasta hace unos días se consideraba insalvable, era el cargo de asesinato con premeditación.

Recordar que, aunque el fiscal Jeerawat Sawatdichai reconociera públicamente la semana pasada que será difícil poder demostrar la premeditación, conjetura que ha hecho saltar por los aires la confianza en las autoridades judiciales, la realidad es que los cargos siguen siendo los mismos que al inicio de este proceso: asesinato con premeditación, ocultación del cuerpo y desaparición de efectos personales.

Para continuar con los giros contrapuestos, Rodolfo Sancho finalmente no pudo declarar cuando sí lo tenía previsto. Tuvo que elegir entre hacerlo o acompañar a su hijo en el momento de su declaración, y prefirió estar junto a él en uno de los momentos más delicados de este proceso. Tampoco pudieron entrar a la corte ni Carmen Balfagón ni Ramón Chippirrás, recién llegados desde Madrid. Lo que sí parece haber quedado claro es que sí o sí este juicio debe quedar visto para sentencia este próximo viernes 3 de mayo, ya que la próxima semana está agendado otro juicio y no concluir este podría generar un caótico problema que el juez quiere evitar a toda costa.

Otro giro que se produjo tras la exclusiva del lunes en LA RAZÓN sobre el trato de favor a Sancho fue ver entrar en un furgón policial sin cristales tintados al protagonista de todo este desbarajuste. Fue tanta la sorpresa que los medios allí congregados no atendieron en primera instancia al coche pensando que, como cada día, sería imposible obtener imagen alguna de Sancho. HBO, que trabaja en los cuatro documentales sobre este caso, no ha hecho aún declaraciones al respecto. Son ellos los únicos interesados de verdad en que la imagen del reo jamás se hubiera hecho pública.

Pero lo que sí sigue siendo una triste espera es saber por qué Daniel Sancho continúa sin pedir perdón a la familia de su amigo íntimo Edwin Arrieta, cuando ayer fue una de sus últimas oportunidades públicas de las que va a disponer. Se sabe que el aficionado a la cocina tendrá una oportunidad final cuando todos los testigos de la defensa declaren. Pero el tiempo corre en su contra, empujado por la moral más noble.

Lo que está quedando claro en este juicio es que la cantidad de sumas y restas, de cambios y opiniones y, sobre todo, de sospechas, están desembocando en una atroz prisa por acabar con todo lo antes posible. Según fuentes cercanas que tienen que ver con el orden y la ley siamesas, el juez estaría dispuesto a leer su veredicto durante el mismo mes de mayo, deseando pasar la patata caliente a la siguiente instancia, si es que los que se consideren perjudicados deciden recurrir.

Y, por cierto, traten de imaginarse a estudiantes de derecho haciendo prácticas con este juicio, y no solo renunciando a la carrera, sino exigiendo la devolución de las matrículas correspondientes. Hoy se espera, tras la parte final de Daniel Sancho, a Carmen Balfagón, que les quiere contar a los tailandeses que los cocos se cortan con sierras industriales. Aunque asumiendo la cantidad de cambios de última hora durante este proceso, nadie se atrevería a apostar con que tras Daniel Sancho muchos de los supuestos testigos de la defensa sean denigrados. Sobre todo, porque acabamos este viernes y el juez debería ya tenerlo bastante claro antes de padecer otro retraso.

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