Vivir en una comunidad de propietarios es la realidad de ocho de cada diez españoles. Y aunque cada vez más personas en nuestro país apuesten por esta alternativa, la convivencia en estos edificios no siempre es sencilla y los problemas entre vecinos afloran con más frecuencia de la deseada, poniendo en peligro la armonía y el bienestar en la comunidad. Impagos en las cuotas, ruidos molestos o un uso inapropiado de las zonas comunes son tan solo algunos de los muchos conflictos que pueden surgir en estos edificios. Pero, ¿qué ocurre si el problema es con un vecino que pertenece a otra comunidad de propietarios?
La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) y el Código Civil establecen los deberes y los derechos de todas aquellas personas que pertenecen a las comunidades de vecinos. Por tanto, cuando uno de estos propietarios no respeta la convivencia para con el resto de residentes, se está incumpliendo alguno de los artículos de la vigente normativa, independientemente de que vivan en otro edificio. Y es que, en ocasiones, algunos vecinos que pertenecen a distintos edificios, comparten el garaje, el jardín o la piscina, entre otras zonas comunes.
“En el momento en el que uno o varios de ellos no respetan la normativa tanto el resto de propietarios como el presidente de la comunidad y/o el secretario, así como el administrador de fincas, estarán en pleno derecho de tomar cartas en el asunto. Hablamos de cualquier problema que afecte a la convivencia para con el resto, como obras, ruidos, insalubridad…”, explica el portal inmobiliario Fotocasa.
Lo primero será hablar de forma amistosa con el vecino en cuestión para exponerle lo que molesta al resto de propietarios e intentar resolver los problemas y encontrar una solución.
Si después de haber hablado con el vecino, la situación no cambia, se deberá contactar con el presidente de la comunidad, ya que el conflicto se está produciendo donde reside el vecino en cuestión. El presidente deberá intentar que el conflicto se acabe, hablando con el vecino, ya que este tiene la potestad de exigir el cese de cualquier actividad molesta.
En el caso de que el vecino continue con dicha actividad, el portal inmobilario asevera que el presidente podrá convocar una junta extraordinaria para que “entre todos los propietarios decidan cómo resolver el tema en cuestión”.
Si a pesar de ello, el problema persiste, el presidente de la comunidad deberá interponer una demanda judicial en nombre de la comunidad de propietarios –el administrador de fincas no tendrá la potestad de hacerlo–. Para ello, se recomienda contar con testimonios de otros vecinos o incluso grabaciones o fotografías que demuestren esta actividad molesta.
