El Arsenal, líder de la Premier, nunca consiguió dominar al doliente Bayern de Tuchel, que marcha de crisis en crisis en la Bundesliga, sin juego y en el umbral de un motín de su plantilla contra un entrenador al que no parece comprender. No pudo el equipo de Arteta hacer otra cosa que ir a remolque de su propia perplejidad ante el empecinamiento de los aventureros que dirigió Harry Kane hasta el 2-2. Solo la entrada de Trossard en la segunda mitad redimió a los gunners.