“Esto es una persecución política, una persecución como nunca antes. Es un asalto a EE UU. Y por eso estoy muy orgulloso de estar aquí. Esto es un asalto. Contra nuestro país. Y es un país que está fracasando”. Las únicas palabras de Donald Trump a su llegada este lunes al tribunal de Manhattan (Nueva York) donde será juzgado por el supuesto pago de un soborno a una actriz porno —la primera causa penal de las cuatro que afronta— no añaden nada nuevo a su habitual memorial de agravios: el candidato a la reelección en noviembre que dice ser víctima de una caza de brujas política.