Un objeto que podría ser basura de la Estación Espacial Internacional impacta en una casa de Florida

Un objeto que podría ser basura de la Estación Espacial Internacional impacta en una casa de Florida

Según la Agencia Espacial Europea, la probabilidad de
que una persona resulte herida por un fragmento de basura espacial que caiga a
la Tierra es de una entre cien mil millones. Y, sin embargo, eso es lo que
estuvo a punto de vivir la familia de Alejandro Otero, un residente de Naples,
Florida, en cuya casa de dos plantas impactó un objeto que la NASA está
investigando si se trata de basura espacial proveniente de la Estación Espacial Internacional.

El suceso tuvo lugar el pasado 8 de marzo a las 2:34 p.m.,
cuando una cámara de seguridad del hogar de Otero capturó el sonido del
objeto impactando contra el techo y atravesando las dos plantas de la
construcción.

Alejandro Otero no se encontraba en ese momento, pero sí
su hijo. “Fue un ruido tremendo. Casi le da a mi hijo. Estaba dos
habitaciones más allá y lo escuchó todo”, explicó Otero al medio Wink.
“Algo atravesó la casa y luego hizo un gran agujero en el suelo y en el techo.
Cuando escuchamos eso, pensamos, imposible, e inmediatamente pensé que era
un meteorito”.

La hora registrada del impacto está muy próxima a la hora, 2:29
p.m., en que el Comando Espacial de Estados Unidos registró el
reingreso en la atmósfera de basura proveniente de la Estación Espacial Internacional sobre el Golfo de México, en dirección al suroeste de Florida.

Esta basura consistía en una plataforma o palé de carga
con 9 baterías agotadas que fue lanzada desde la EEI en 2021 para realizar un
reingreso no guiado. El objeto cilíndrico, de casi 1 kilogramo de peso, que
cayó en la casa de Otero podría ser parte de una de esas baterías que no se
hubiera desintegrado durante el reingreso.

Un portavoz de la NASA, Josh Finch, ha confirmado al
medio Ars Technica que el objeto ha sido recuperado y que los ingenieros del
Centro Espacial Kennedy lo analizarán “tan pronto como sea posible para
determinar su origen. Más información estará disponible una vez se complete
el análisis”.

Según la agencia espacial, la plataforma de carga que fue
lanzada al espacio con las 9 baterías en desuso tenía una masa de más de 2,6
toneladas y una altura equivalente al doble de un frigorífico estándar.
Objetos de este y mayor tamaño, como etapas de cohetes agotadas o satélites que
llegan al fin de su vida útil, caen regularmente a la Tierra pero siempre en
trayectorias guiadas. Este ha sido el objeto de mayor tamaño que se ha lanzado
a la atmósfera de forma no controlada desde la EEI.

El pasado 8 de marzo, la NASA había asegurado que la basura
espacial de la EEI “reingresaría a la atmósfera de la Tierra sin causar daños. No
esperamos que ninguna parte haya sobrevivido al reingreso”. La Agencia
Espacial Europea, sin embargo, afirmó antes de producirse el reingreso que
algunos fragmentos de la plataforma de carga y su contenido podrían
sobrevivir a las temperaturas de miles de grados experimentadas en el reingreso
y llegar a tierra.

¿Por qué se arrojó esa plataforma de carga al espacio?

La cadena de circunstancias que terminó con el posible
desecho de la EEI en casa de Otero se inició en 2018. Ese año, el astronauta de
la NASA Nick Hague y el comandante ruso Alexey Ovchinin abortaron
su lanzamiento en una nave espacial Soyuz por un fallo en el cohete. Su destino
era la Estación Espacial Internacional.

Una de las tareas de Hague iba a ser realizar paseos
espaciales para ayudar a instalar un nuevo conjunto de baterías de ion-litio
para el sistema de energía de la EEI. Estas baterías eran transportadas hasta
la estación por los cargueros japoneses HTV.

Estas son naves no tripuladas que se utilizan para llevar
determinada carga útil a la EEI y tienen una capacidad de 6 toneladas. Sin
embargo, no pueden atracar en ninguno de los módulos de la EEI, por lo que es
el brazo robótico de la estación el que se encarga de atraparlo. Cuando
su misión llega a su fin, se realiza una reentrada controlada que destruye
la nave.

El problema fue que al no estar Hague en la EEI como estaba
previsto, las baterías que se sustituyeron no pudieron ser cargadas de nuevo
en el HTV, por lo que este partió sin ellas al terminar su misión. Este
desfase obligó a que las baterías gastadas fueran cargadas en el siguiente HTV
que llegó con nuevas baterías, dejando de nuevo una plataforma de carga con
baterías usadas en la EEI.

Este fue el caso hasta que no hubo más HTV para volar. La
última nave espacial HTV de Japón partió de la EEI en 2020 con el palé
de carga y las baterías de la misión anterior, dejando varado el último
paquete de baterías en la estación. Estas no pueden ser acomodadas en
ninguno de los otros vehículos de carga de la estación espacial, por lo que la
NASA decidió arrojarlas utilizando el brazo robótico de la estación en marzo de
2021.

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