La explosión se produjo en torno a las tres de la tarde. Varios empleados de la central hidroeléctrica situada en el lago artificial de Suviana, propiedad de Enel y la más potente de la región de Emilia-Romagna, se encontraban realizando labores de mantenimiento en la sala de las turbinas. El espacio afectado se encontraba a unos 30 metros de profundidad, en el piso menos nueve del complejo. No se conocen todavía las causas, pero la deflagración produjo al menos cuatro muertos, tres desaparecidos y cinco heridos graves con quemaduras severas.