El 3 de noviembre de 2022, hace 17 meses, el Gobierno andaluz constituyó oficialmente el Comité de Expertos para asesorar al Ejecutivo ante la sequía que ya venía padeciendo la comunidad. Ese organismo, que aún existe, aúna a diez personas elegidas en base a sus perfiles profesionales, trayectorias y especialidades en la materia. Previamente, el 16 de septiembre, se había constituido dentro del Consejo de Gobierno una Comisión de Seguimiento de la Sequía para Andalucía para monitorizar la escasez hídrica y los impactos que se estaban generando en los distintos sectores productivos, así como en los municipios andaluces. Ese fue, por tanto, el «comienzo oficial» de la sequía, circunstancia de la que ya se venía advirtiendo desde meses antes.
La situación a fecha 3 de noviembre de 2022 no tiene nada que ver con la actual. En ese momento, día de la constitución del mencionado Comité de Expertos, los embalses de Andalucía se encontraban en una media del 22,98 por ciento de su capacidad total de almacenamiento, con un descenso del 0,06 por ciento respecto a la semana anterior. Hoy, tras las lluvias de la borrasca «Nelson» durante la Semana Santa, rondan ya el 40 por ciento de su capacidad y cuentan con alrededor de 4.800 hm3 de los 12.000 hm3 que podrían captar. Se espera que esta cifra siga aumentando por las aportaciones de la escorrentía.
Es cierto que la situación en Andalucía no es homogénea porque no puede serlo en una comunidad con más de 87.000 km2 de extensión, ocho provincias y varias cuencas hidrográficas, pero el panorama ha cambiado desde el inicio de la sequía, tal y como constatan los datos. La Demarcación del Guadalquivir se encuentra al 43,28 por ciento de su capacidad, con 3.477,5 hm2 embalsados de los 8.034 con los que cuenta de capacidad total. Esta subida supone trece puntos sobre el dato de agua con el que contaban el Domingo de Ramos, 24 de marzo.
La cuenca del río Guadalquivir, con una extensión de 57.527 km y que se extiende por 12 provincias de cuatro comunidades autónomas –de las que Andalucía representa más del 90% de la superficie de la demarcación– ha recibido una precipitación media en los últimos siete días de 130 l/m².
Lo positivo, según informó la propia Confederación, es que los frentes lluviosos han atravesado la cuenca de oeste a este y han dejado lluvias en la totalidad de la demarcación, aunque las más abundantes se han localizado en la margen derecha del Guadalquivir, principalmente en las provincias de Sevilla y Córdoba.
Estas lluvias han provocado una «notable mejoría» de la cuenca, «que aleja aún más los posibles problemas de escasez en los sistemas de abastecimiento y mejoran sustancialmente las perspectivas de dotaciones para la próxima campaña de riego».
De hecho, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ya ha reclamado «mejorar» las dotaciones para los cultivos de regadío aunque sin «lanzar las campanas al vuelo». Hay que recordar que en algunas zonas los regantes soportan restricciones del 100%.
Por su parte, la Cuenca Guadalete-Barbate está al 27,18 por ciento, con 449 hm3 de los 1.651 que tiene de capacidad. El dato significa casi seis puntos más que hace una semana.
En el caso de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas están al 27,39 por ciento, ya que cuentan con 315 hm3 de los 1.152 de capacidad total. La subida en una semana es de cinco puntos porcentuales.
Respecto a los embalses de las Cuencas Tinto, Odiel, Piedras y Chanza, cuentan con 555,25 hm3 de los 1.138 de capacidad, es decir, un 48,75 por ciento, seis puntos más que hace una semana.
Aún así, las restricciones no van a decaer. La empresa de Aguas de la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental, uno de los territorios más afectados por la escasez hídrica, advirtió ayer de que según los últimos datos, el embalse de la Concepción se encuentra en torno a los 31 hectómetros cúbicos de agua embalsada, por lo que supera el 53% de su capacidad. Sin embargo, la mejoría «no evita las medidas planteadas hasta el momento como es la regulación de la presión nocturna a mínimos para preservar nuestras reservas hídricas».
Mucha mejor suerte van a tener los habitantes de la sierra de Córdoba. El agua acumulada en el pantano de Sierra Boyera, que estaba prácticamente seco hace un año, ha pasado de disponer de 5 hm3 a más de 27 hm3, por lo que la previsión es que los 80.000 ciudadanos afectados actualmente por restricciones de agua y que tenían que recurrir a camiones cisternas recuperen la normalidad.
En cualquier caso, hay coincidencia en que el balón de oxígeno de la borrasca Nelson no debe frenar el anuncio de obras e infraestructuras hidráulicas comprometidas. La Junta de Andalucía lleva aprobados cuatro decretos de sequía en los que ha incluido 518 millones de euros de inversión para ejecutar 1.097 obras. Según los cálculos de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo rural, algunas de las obras finalizadas han permitido disponer de 252 hectómetros más.
En ese sentido, y previamente a la constitución del Comité de Expertos de la Sequía, en octubre de 2022, también se aprobó por parte del Ejecutivo autonómico el Plan S.O.S. (Soluciones y Obras frente a la Sequía), dotado con 4.047 millones de euros y que incluía una serie las infraestructuras hídricas de futuro para realizar en Andalucía entre los años 2022 y 2027.
